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La práctica de ejercicio físico en el entorno laboral reduce el absentismo

La práctica del ejercicio físico en el ámbito empresarial incrementa los niveles de fuerza muscular y reduce las posibilidades de padecer trastornos músculo-esqueléticos, que es una de las principales causas de absentismo y bajas laborales según el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Así lo demuestran los primeros resultados de un estudio sobre el impacto de la actividad física en la salud puesto en marcha por la Cátedra Sanitas Wellbeing Universidad Europea de Madrid.

El ejercicio físico en el trabajo también incrementa la capacidad cardiovascular y la calidad de vida de las personas. Los primeros resultados de la investigación muestran que los empleados que han entrenado 2, 3 o más veces por semana incrementan sus valores medios de consumo de oxigeno hasta en un 86 por ciento, lo que supone una mejora de la capacidad cardiopulmonar.
Después de los primeros seis meses de entrenamiento, las personas que han participado en el estudio -más del 50 por ciento de los trabajadores de la sede corporativa de Sanitas- han ganado en eficiencia cardíaca y necesitan menos latidos para enviar la misma cantidad de oxígeno a sus tejidos.

"Los primeros resultados de la investigación de la Cátedra "ponen a disposición de la sociedad una herramienta capaz de mejorar nuestras vidas, aplicable a cualquier organización empresarial, independientemente de cuál sea su tamaño y dispersión geográfica", asegura director general de Marketing, Clientes y Nuevos Negocios de Sanitas, Manuel Sánchez.
Asimismo, la presencia de colesterol y triglicéridos en la sangre es cada vez más habitual en la población actual debido a las consecuencias del estrés, la mala alimentación y el sedentarismo. Estas grasas amplían seriamente el riesgo cardiovascular y las posibilidades de padecer enfermedades del corazón.

Este estudio, que ha clasificado a los empleados en cuatro grupos de intervención -el sedentario, los que han realizado dos días de ejercicio, tres días y más de tres días de entrenamiento a la semana-, ha demostrado que, sea cual sea su frecuencia, se reducen los niveles de estos indicadores en sangre. Así, en el caso de los empleados que realizan entrenamientos más de tres días semanales, el colesterol disminuye en un 15 por ciento y los triglicéridos en un 40 por ciento.