Santander

Los intereses ahogan la financiación de las empresas

La Razón
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MADRID- Lo que en otras circunstancias podría ser interpretado como síntoma de una buena gestión, en estos momentos no es más que otro indicio de que las cosas no funcionan como deberían. Según la última estadística del Banco de España, la deuda de las empresas bajó un 1,34% en agosto en relación a julio y sumó 1,2 billones de euros, el nivel más bajo desde 2007, el ejercicio previo al aldabonazo de la crisis. La caída no se debe tanto al buen hacer de las compañías en el manejo de sus deudas como a la falta de financiación. De hecho, en tasa interanual sus compromisos se redujeron un 3,8% debido, sobre todo, a la caída del 6,1% de los préstamos de las entidades de crédito y préstamos titulizados fuera de balance.

Es decir, que los bancos no prestan a las compañías el dinero que necesitan para engrasar su actividad y crear empleo y, en consecuencia, las deudas de las empresas se tienen que reducir. Y si cerrada está la vía bancaria para lograr financiación, la de los mercados, con las perennes dudas sobre la solvencia de España, no lo está menos. La relativa calma que ha proporcionado el plan que ha dispuesto el Banco Central Europeo (BCE) para ayudar a los países en apuros, que incluye la compra de deuda en los mercados secundarios, ha permitido a algunas grandes compañías realizar en las últimas semanas emisiones de deuda. Empresas como Telefónica, Repsol o Iberdrola y los dos grandes del sector bancario, BBVA y Santander, han aprovechado la tregua para captar recursos, pero las ventanas de liquidez son escasas y no permiten a las compañías lograr todos los recursos que necesitan para financiar su actividad. Además, los tipos de interés que han de pagar son elevados porque el riesgo país, que sigue siendo alto en el caso de España, se acaba incrementando en el caso de la sus corporaciones por contagio.

Familias
La presión de los mercados también tiene congelado el crédito para las familias. En agosto, su endeudamiento bajó un 0,28% y sumó 845.479 millones de euros, el nivel más bajo desde julio de 2007. En tasa interanual, su deuda cayó un 3,2%, especialmente por el descenso de los créditos al consumo, que cayeron un 3,7%, hasta los 192.813 millones. Las entidades financieras también han cerrado el grifo para las familias, que, por este motivo, se limitan a devolver el dinero que les habían prestado previamente, lo que lleva a esta reducción del endeudamiento.