Agencia Espacial Europea

La sonda Cassini detecta una lluvia primaveral de metano en Titán

La sonda Cassini ha detectado signos de una lluvia de metano sobre las dunas, cerca del ecuador de Titán, según un estudio publicado hoy en la revista Science. Titán, la mayor luna de Saturno, tiene lagos de metano en las altas latitudes aunque sus regiones ecuatoriales son en su mayoría áridas, con grandes extensiones de dunas.

En observaciones anteriores los científicos habían detectado unos canales secos, como si fueran marcas de un extinto río en la parte del sur, pero no creían que se tratara de evidencias de que en el pasado hubo un clima más húmedo en la región.

El uso de las imágenes proporcionadas por la sonda Cassini ha dado pie a una nueva teoría.
La doctora Elizabeth Turtle del laboratorio de física de la Universidad Johns Hopkins y sus colegas observaron descensos bruscos de la luminosidad de la superficie cerca del ecuador de Titán tras formarse un cúmulo de nubes.

Los autores barajaron varias explicaciones a estos cambios lumínicos, como una tormenta de viento o actividad volcánica en esa región, pero finalmente llegaron a la conclusión de que lo más probable era que se hubiera producido una gran tormenta de metano.

Las observaciones hechas por Cassini de Titán, entre 2004 y 2010, corresponden sólo a un lapso de tiempo de un cuarto de un año de Titán, en concreto, su final del verano del sur y la primavera temprana en el norte.

La doctora Turtle señala que los modelos atmosféricos hacen predecir tales tormentas cerca del equinoccio por lo que los canales secos que se habían observado en bajas latitudes de Titán podrían ser consecuencia de las precipitaciones estacionales.

La sonda Cassini, que orbita Saturno, es un proyecto conjunto de entre la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la italiana (ASI). Cassini fue lanzada al espacio en octubre de 1997 junto con la sonda Huygens de la ESA. La nave llegó a las inmediaciones de Saturno en 2004 para iniciar el estudio de Titán, la luna mayor del planeta.

Desde entonces los 12 instrumentos de Cassini han estado transmitiendo información del sistema de Saturno durante casi seis años, pese a que se suponía que debía concluir su actividad a finales de 2008.

El año pasado, la NASA decidió prolongar su misión hasta 2017, lo que permitirá a los científicos estudiar los cambios climáticos en el planeta y en sus lunas.