Banco Santander

Un mundo perfecto por José María Aznar Botella

La Razón
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En un mundo perfecto, hace tres años el Gobierno anterior habría reconocido el enorme problema del sistema financiero español, y cuando entonces sí era posible habría recapitalizado a nuestros bancos con 100.000 millones al mismo tiempo que obligaba a provisionar el crédito al promotor un 70%.

En un mundo perfecto tendríamos un gobernador del Banco de España que no hubiese promovido la fusión entre Bancaja y Caja Madrid y su posterior salida a Bolsa. En un mundo perfecto, el mismo gobernador no habría aprobado el plan de viabilidad de BFA-Bankia dos semanas antes de que su auditor destapase enormes necesidades de capital.

En un mundo perfecto habría estabilidad y visibilidad en el marco regulatorio del sistema financiero y no iríamos por la cuarta reforma bancaria en 24 meses.

Por desgracia, no estamos en un mundo perfecto y la última reforma tampoco es perfecta.

No lo es porque la ventana para que España inyectase a sus bancos con el capital que estos necesitan se cerró en 2010.

Aun así, dentro del limitado margen de maniobra del que goza el Gobierno, la reforma del sistema financiero anunciada ayer, es un gran paso en la buena dirección. No se provee al sistema con el capital que necesita, pero sí se establece un camino hacia la resolución de las carteras de activos tóxicos en manos de los bancos. La segregación de los activos malos en nuevos vehículos de gestión inmobiliaria, es una buena solución, siempre y cuando la valoración a la que se transfieran estos de banco bueno a banco malo, sea realista y lo suficientemente atractiva para atraer capital privado.

Al final, esto es de lo que se trata, en ausencia de capital público se tienen que encontrar las fórmulas para atraer capital privado, y en las condiciones justas este aparecerá, y además lo hará en masa. Tras las medidas de esta semana, estamos más cerca de que esto ocurra.