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Un trastorno lo justifica por José Cabrera
Casi siempre tratamos de justificar la conducta criminal con alguna explicación que nos libere de la angustia del mal en sí mismo, y así decimos que éste o aquél tuvo una infancia difícil, que estaba en paro, que había sido maltratado o simplemente, que las cosas le iban mal y, así, cuando nos enfrentamos a alguna conducta reiterada parece que todo cuadra. Pues no es así, tal y como hemos visto recientemente en la detención de un empresario de Albacete que, atravesando momentos difíciles, se ha nutrido de diversos y distintos delitos entre los cuales figura la agresión sexual, lesiones y otros muchos, que adornan una cartera amplia delictiva que ya venía de atrás. Y es que la conducta delictiva a veces nace de la simple impulsividad de saltarse las normas, de vivir por encima de las posibilidades, de utilizar el poder saltándose los límites sean cual sean las circunstancias personales, sociales o laborales. En definitiva, si no hay un trastorno psíquico que lo explique, una intoxicación que lo justifique o una causa mayor que lo encienda, el o los delitos que se le imputaran a este empresario «que atraviesa momentos difíciles» serán vistos por el juez sin atenuantes ni eximentes y así añadirá a sus «problemas personales» los «judiciales».
José Cabrera
Psiquiatra forense
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