Cataluña
El Govern blinda la atención básica sanitaria ante el aluvión de críticas
El ejecutivo opta por un acuerdo de gobierno para intentar frenar las movilizaciones contra el tijeretazo sanitario.
«El catalán es uno de los sistemas –sanitarios– mejores de Europa y estamos firmemente decididos a que lo siga siendo». Así defendió ayer, una vez más, el recorte sanitario, el conseller de Salud, Boi Ruiz. Lo hizo tras la reunión del Consell Executiu del Govern que, tras el alud de críticas recibidas por la forma en que se está liderando la reducción de presupuesto –incluso de Miquel Vilardell, su principal asesor en materia sanitaria–, acordó garantizar la atención básica.
Según la Generalitat, «quedan garantizados al ciento por ciento la atención urgente, la atención de las enfermedades graves y la atención primaria», que el propio Ruiz definió de principios «incuestionables». Destacó, además, que el Govern «garantiza a todos el acceso a la atención adecuada y con la misma calidad de siempre».
De hecho, para el ejecutivo catalán las protestas del colectivo sanitario –que llevan realizando desde hace dos semanas frente a los hospitales– y los manifiestos en defensa de la calidad asistencial firmados por sociedades científicas, entidades sanitarias y colegios profesionales han generado un «alarmismo injustificado». Sin embargo, los propios gerentes hospitalarios han declarado su inquietud de poder acometer los planes de Salud.
Por lo que respecta a las advertencias y peticiones que hizo anteayer el doctor Vilardell, también presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, el conseller dijo que se trata simplemente de «un elemento más» de los que el ejecutivo catalan tendrá en cuenta a la hora de recortar.
«Ningún ciudadano de Cataluña perderá ningún derecho sobre ninguna prestación sanitaria ni sobre ninguna gratuidad», sentenció el conseller. De hecho, de su discurso, Ruiz no ha variado ni una coma desde que anunciara que el sistema debería hacer frente a un recorte de 1.000 de euros. Pero los profesionales se preguntan cómo se llevarán a cabo esas medidas y critican que no se hayan podido debatir con tiempo y entre profesionales.
En este sentido, el acuerdo de gobierno no es más que papel mojado para el sindicato mayoritario de los médicos y muestra que el Govern «ha perdido el control de la situación». «Actualmente corremos el riesgo de transformar una planificación sanitaria seria en una medicina de guerra que sólo atienda la emergencia», denunció Antoni Gallego, secretario general de Metges de Cataluña, que, además, tildó el acuerdo de gobierno de «ridículo».
Tensión con el Gobierno
Preguntada sobre los recortes, la ministra de Sanidad, Leire Pajín, aseguró que «si tuviera que elegir entre eliminar el impuesto de sucesiones o recortes en sanidad, lo tendría muy claro». El dardo fue recojido por el conseller de Salud y devuelto con contundencia. «Si a la ministra le preocupa la sanidad de Cataluña, debería insistir en que su Gobierno pague los 1.450 millones del Fondo de Competitividad a Cataluña», que se resiste a pagar este año.
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