Candidato

Aunque todos sabemos que un imputado es inocente siempre y cuando no haya sentencia condenatoria en su contra, lo cierto es que no parece que la decisión política más inteligente sea la de designar como candidato a una Alcaldía a un señor sobre el que, cuando menos, planea la sospecha de que se lo ha podido llevar crudo; a no ser, claro, que quien esté al frente del Comité que tiene que decidir las candidaturas sea una señora que también esta imputada por otro delito de prevaricación y le pueda el sentido corporativo. Dios los crea, ellos se juntan y por lo visto el PSM está dispuesto a recogerlos y promocionarlos. Cada formación política puede hacer de su capa un sayo- faltaría más- y presentar a los ciudadanos como su santo y seña hasta a un mono tocando la trompeta si así lo considera oportuno y le va la marcha del más difícil todavía, pero qué quieren que les diga: entre optar por alguien de currículum impoluto, que haberlos, haylos, y un candidato potencialmente chorizo, no hay ninguna duda. Y quien no quiera verlo es que tiene una marcada vocación de funambulista o de jugador de ruleta rusa.