Murcia
El PSOE deja un «agujero» de ochenta millones en tan solo cuatro municipios
Cuatro ayuntamientos de la Región: Los Alcázares, Bullas Moratalla y Jumilla. Otros tantos alcaldes pertenecientes al PSOE hasta las elecciones celebradas el 22 de mayo: Encarnación Gil, Esteban Egea, Juan Llorente y Francisco Abellán respectivamente y una situación económica mareante son los protagonistas de los mayores sufrimientos que están impidiendo que la corbata le llegue al cuello a los nuevos inquilinos del PP que ocupan este cuarteto de consistorios tras sus triunfos electorales
Anastasio Bastida (Los Alcázares), Pedro Chico (Bullas), Antonio García (Moratalla) y Enrique Jiménez (Jumilla) están padeciendo durante este verano el sofoco que provoca que los anteriores equipos de gobierno hayan dejado una deuda conjunta de ochenta millones de euros debido a la inoperancia para generar crecimiento y la política del derroche realizada por los socialistas.
Uno de los primeros en denunciar la situación fue el actual primer edil de Los Alcázares. Bastida convocó un pleno municipal con las puertas abiertas para que todos los ciudadanos que lo desearan conocieran de primera mano la situación económica del Ayuntamiento, el cual, arrastra una deuda de treinta millones de euros después de solo conocer las siglas socialistas en su gobernación hasta el pasado mayo. El primer reto de los nuevos regidores alcazareños era hacer frente al pago de la Seguridad Social y las nóminas de los 232 funcionarios del Consistorio. Para ello, se solicitó la solidaridad ciudadana para que adelantaran el pago del IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles). El resultado, según declaró ayer a LA RAZÓN el concejal de Hacienda, José Francisco López, fue que el pasado viernes se pudo hacer frente al abono de 150.000 euros correspondientes a los seguros médicos. Este aspecto resultaba capital porque, de no haberse pagado, se cargaba un recargo del veinte por ciento. Además, López aclaró que hoy se abonarán las nóminas de los trabajadores, ya que el sueldo de los funcionarios que perciben su salario por transferencia «está listo» y los 48.000 euros de aquellos que cobran mediante cheque se espera recaudar hoy.
El mismo drama de Los Alcázares se vive en Moratalla, donde la deuda alcanza los treinta millones también y las consecuencias no se han hecho esperar. De esta forma, al Ayuntamiento se le ha suspendido el suministro de combustible para sus vehículos y se ha cortado la línea de telefonía móvil. El actual alcalde de la localidad, Antonio García, declaró recientemente que los únicos móviles que existen en la actualidad dentro del Consistorio de la ciudad del Noroeste son los personales. Además, los retrasos de pago a funcionarios y Seguridad Social acucian la tarea política del primer edil, pues existían trabajadores que no percibían sus sueldos desde el pasado mes de abril. Bullas, por su parte, recibió de la herencia socialista una deuda de diez millones de la que más de la mitad se tiene con proveedores y unas cuentas «más secas que el desierto del Gobi», afirmó a esta redacción su nuevo alcalde, Pedro Chico, quien considera que la etapa socialista se ha caracterizado por el derroche y el gasto por encima de las posibilidades del municipio bullense.
De igual manera, los acreedores apremian a Jumilla donde de los doce millones de deuda, la mitad se tiene con ellos tras el gobierno de Abellán. El actual alcalde, Enrique Jiménez, está agilizando desde su toma de investidura todas las gestiones para lograr el crédito que el ayuntamiento requiere. Además, en su última reunión con el presidente de la Comunidad, Ramón Luis Valcárcel, le trasladó lo preocupante de la situación en la localidad del Altiplano y le solicitó la posibilidad de que el Gobierno regional se pueda hacer partícipe de parte de la financiación que el Consistorio jumillano necesita para no quebrar de la manera más absoluta.
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