Berlín
«La Prensa ha forzado a Irán a dar marcha atrás con Sakineh»
El abogado Mohamed Mostafei optaba ayer por la cautela ante el anuncio de la liberación de Sakineh Ashtiani, hecho por el Comité Antilapidación con sede en Berlín. El defensor de la mujer iraní condenada a ser lapidada por adulterio se encuentra en Madrid, donde hoy recogerá, en su nombre y en el de otros dos letrados que le han sucedido en la defensa de Ashtiani –Nasrin Sotoudeh y Javid Houtan Kian–, el Premio Derechos Humanos 2010 que concede el Consejo General de la Abogacía.
«Puesto que cualquier reacción por mi parte podría perjudicar a la señora Ashtiani, creo que es mejor esperar a una confirmación oficial de las autoridades de la República Islámica». En todo caso, para Mostafei, que actualmente vive exiliado en Noruega, este galardón demuestra que «fuera de Irán se da importancia a la situación» de represión que se vive bajo el régimen de los ayatolás.
–¿Qué ha sabido de Sakineh desde que salió de Irán?
–Prácticamente nada. Ya no puedo defenderla como cuando estaba en Irán, y no he tenido contacto con ella, pero sé que gracias a la reacción de los medios de comunicación y de los políticos en Occidente, el Gobierno iraní se ha visto obligado a dar marcha atrás. No sólo paralizó la lapidación, sino toda forma de ejecución. Así que estamos en una situación mucho más positiva.
–¿Pero aún podría ser ahorcada?
–Irán vive bajo un sistema dictatorial. Es muy difícil predecir si el Gobierno iraní cumplirá sus propios compromisos. Hubiera podido dejar pasar el tiempo y llevar a cabo la ejecución en silencio. Pero en estos últimos meses no hubo peligro de que fuera ejecutada gracias a la presión internacional. Si se afloja esa presión, podría ocurrir cualquier cosa.
–Dicen que también ha sido liberado su colega Javid Houtan, al que detuvieron hace pocos meses, junto al hijo de Ashtiani, por conceder una entrevista a dos periodistas alemanes...
–Debo decir que no fue muy sabio por su parte, teniendo en cuenta las condiciones actuales, hacer esa entrevista. Por supuesto no estoy de acuerdo con el Gobierno y me parece inaceptable la detención, pero yo no hubiera hecho la entrevista. En todo caso, lo que sí le puedo decir es que el régimen ha utilizado a los periodistas alemanes como rehenes. Quiere tener a Alemania de su lado y lo está consiguiendo. Sólo debe comparar: Alemania era muy crítica con Irán antes, ¿y ahora qué dice? Nada, porque quieren liberar a sus compatriotas. Lo mismo pasó con la francesa Clothilde Weiss, a la que acusaron de espía.
–¿Cómo se puede trabajar en un sistema judicial que se basa en códigos religiosos y civiles al mismo tiempo?
–Yo tenía mi propia forma de ejercer la abogacía. Nunca me ponía en contra de las leyes, no podía mostrarme en contra de la pena de muerte o incluso de la lapidación porque sería ir contra el islam y eso me hubiera impedido defender a mis clientes. Lo que intentaba era convencer a los jueces de que esos presuntos delitos no merecían condenas tan duras. Así logré que sólo fueran ejecutados 4 de 40 menores y que no se lapidara a ninguna de las 13 mujeres a las que defendí.
–¿Le gustaría poder volver a Irán para abrazar a Sakineh?
–Sí, espero con ansia poder volver a Irán, pero eso no es lo más importante. Lo más importante es que Sakineh se salve de una condena injusta. Yo tengo muchas esperanzas sobre su liberación.
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