Cierto es que la portavoz del PSRM en la Asamblea no pidió ayer la intervención de la autonomía murciana y que sólo se limitó a acusar a Valcárcel de querer «matar al mensajero», en clara referencia a esa intoxicación originada en uno de los muchos fondos de reptiles antigubernamentales que pululan en la red y que cuenta con María González Veracruz y Begoña García Retegui como expertas en la materia. Como cierto es, también, que el Gobierno ha pedido alguna información adicional a San Esteban sobre aspectos considerados menores, para que no quede excluida de la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera del próximo día 17. Nada, en definitiva, que afecte al grueso de su Plan de Reequilibrio, admitido por el Gobierno a principios de mes del 1,5 por ciento de reducción del déficit para este año, y sobre el que descansa la entera política presupuestaria y de futuro del Ejecutivo murciano. El resto no son más que simples rumores para navegantes y aficionados a esas redes, porque lo que realmente importa, lo que de verdad importa al Gobierno y a nuestros socios de la UE, son las cuentas presentadas y justificadas del plan antidéficit de la Región. Por eso ayer Retegui midió muy bien sus explicaciones y no mencionó el palabro «intervención», que sólo perjudica a Murcia y a nuestras empresas, aunque todos sepamos que aprovecha otros foros para dejarlo caer como el Pisuerga cuando pasa por Valladolid. Ayer decía y hoy vuelvo a repetir igual de claro e igual de alto que el Plan de Reequilibrio presentado por Valcárcel va a misa y, además, superará los obstáculos que plantea el CPFF, pues se va a esa reunión con los deberes hechos y sin faltas de ortografía. Y si alguna partida no está clara, que es lo que se ha hecho, se pregunta, se responde, y, punto final. El resto no es más que querer matar moscas a cañonazos.