Bruselas

La Generalitat gastó casi 160 millones de euros en 2010 en promover el catalán

Aunque hace días que la Generalitat se ha declarado en alarma por las amenazas que se ciernen sobre el catalán (el modelo de inmersión está siendo discutido en los tribunales), lo cierto es que goza de «una buena salud desde el punto de vista de su evolución y de su crecimiento».

Artur Mas, ayer, en Bruselas
Artur Mas, ayer, en Bruselaslarazon

BARCELONA- Así lo aseguró ayer el consejero de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell, durante la presentación del informe de política lingüística correspondiente a 2010, año en que la administración impuso multas por no rotular al menos en catalán por valor de 182.525 euros. Precisamente, Mascarell defendió la política sancionadora de la Generalitat. «Las sanciones son buenas si no hay consensos», dijo.
El Gobierno catalán destinó en 2010 casi 160 millones de euros (159.034.423) al conjunto de actuaciones para fomentar la lengua. Se concedieron, por ejemplo, un total de 501.700 euros en subvenciones a 52 entidades y 81.800 euros a nueve fundaciones. En el ámbito universitario, se financiaron 94 publicaciones con un importe de 330.281 euros y se dieron ayudas a la normalización lingüística por valor de 819.521 euros.
El consejero de Cultura atribuyó la buena salud del catalán al conjunto de políticas públicas impulsadas por la Generalitat, pero criticó «la escasa predisposición del Estado respecto a la lengua catalana». «No se puede afirmar que el Estado sea eficiente con la protección de la lengua catalana, más bien al contrario», consideró Mascarell. Citó, por ejemplo, el reciente recurso del Gobierno al Tribunal Constitucional contra la Ley del aranés y reclamó que «los organismos del Estado no combatan las otras lenguas cooficiales distintas al castellano».
Según los últimos datos de que dispone la Generalitat, un 95 por ciento de la población de Cataluña entiende el catalán, un 78 por ciento lo habla y un 60 por ciento lo escribe. Estos mismos indicadores referidos al español están por encima del 95 por ciento, lo cual demuestra que «hay mucho por hacer», según Mascarell.