Dos fuerzas opuestas

David Ferrer es un hombre feliz en el «mejor año tenístico» de su vida. Así lo siente el alicantino, número cinco del mundo, ya clasificado matemáticamente para el Torneo de Maestros que enfrenta a los ocho mejores a final de año, y ya semifinalista en el Masters 1.000 de Shanghái después de vencer en un trepidante partido a Andy Roddick (6-7 [5/7], 6-2 y 7-6 [7/5]). Ferrer, pura consistencia desde el fondo, puro equilibrio también ahora (desperdició un 5-3 en el primer «tie break» y una bola de partido en el tercero y no se vino abajo) encontró ante el estadounidense además un arma poco habitual en él: el saque. «Sirvió muy bien. Normalmente no cuentas con que lo haga así, y consiga tantos "aces". Y eso le salvó de situaciones apuradas», reconoció Roddick.
En concreto, «Ferru» logró once saques directos, aunque no es ése el aspecto que más inquieta a su próximo rival (hoy, 10:30, Teledeporte), otro español que está también en uno de los mejores años de su carrera: Feliciano López. «Yo le incomodo por mi juego, pero a mí también me incomoda David porque me devuelve mucho el saque, me pone a jugar cada bola y eso no es fácil», asume el toledano. «Feli» logró diez «aces» ante Florian Mayer (6-2 y 6-4), el verdugo de Nadal, que esta vez no estuvo tan inspirado como ante el número dos. La cifra es normal en el segundo tenista que más servicios directos lleva en 2011 (692 en 57 partidos).
Se enfrentan, pues, el saque y la volea de Feliciano contra la consistencia y el juego de fondo de Ferrer. Dos fuerzas opuestas en busca de la final de un Masters 1.000. Desde 2006 (Robredo en Hamburgo) un español que no se llame Rafa Nadal no gana un torneo de esta entidad. Es la gran oportunidad para ambos porque no están ni Nadal ni Djokovic ni Federer. Sí está, en cambio, Murray, el jugador más en forma en la actualidad. Pero antes debe vencer al japonés Nishikori.