Nueva York

Carla Bruni ya no puede más

La primera dama de Francia se queja de no poder fumar ni beber vino. El bebé nacerá a partir del 1 de octubre

El último acto en el que se pudo ver a Bruni tuvo lugar el pasado sábado durante un paseo por los jardines del Elíseo
El último acto en el que se pudo ver a Bruni tuvo lugar el pasado sábado durante un paseo por los jardines del Elíseolarazon

Está en la recta final de su embarazo, pero Carla Bruni ya no aguanta más. Los nueve meses de gestación, de por sí largos, se hacen insoportables cuando además se es fumadora como la primera dama de Francia y aficionada a los buenos caldos o a un «apéritif» entre amigos. Placeres a los que ha tenido que renunciar y que explican la impaciencia de la ex top model, que no ve llegar el día en que por fin dé a luz a su segundo retoño. «Francamente, no puedo más: tengo que estar sentada o tumbada la mayor parte del tiempo. Ni fumar ni beber vino. Estoy ansiosa porque se termine», comentaba hace tan sólo unos días Carla Bruni-Sarkozy a unos becarios de su fundación, tal y como recogía ayer el diario «Le Parisien».

Y es que las privaciones que entraña el estado de buena esperanza es lo que peor lleva la consorte del presidente galo, epicúrea practicante, que estaría en su octavo mes de embarazo. Según los cálculos, debería salir de cuentas hacia el treinta de octubre, pero el bebé podría adelantarse y ser algo prematuro como su hermano, el primogénito de la cantante. «A partir del día uno se puede producir en cualquier momento. Como mi primer hijo, Aurelien, que llegó antes de lo previsto», relataba. Pero a pesar de lo interminable que se está haciendo esta maternidad tardía –a sus 43 años– no se arrepiente. «Es largo. Pero, ¡tenía tantas ganas!», asegura.

Colgada del teléfono
Mientras tanto, Bruni se entretiene como puede. Según sus allegados, lee libros, ve mucho cine y, sobre todo, pasa largas horas colgada al teléfono con sus amigos. Además, claro está, de seguir componiendo o tocando su música, una especie de necesidad vital que ni el embarazo puede evitar. Aunque su próximo disco, al que también debía dar a luz por estas fechas, se ha tenido que retrasar por la llegada del nuevo Sarkozy –cuyo sexo continúa siendo una incógnita que ni ella quiere despejar antes del feliz momento– y por la agenda política de su marido, potencial candidato a su propia reelección en la primavera de 2012. Como cualquier embarazada, Madame Sarkozy debe tomar todas las precauciones posibles y obedecer la prescripción médica: reposo forzado en el Elíseo. De ahí su notable ausencia en el viaje que, como cada año por estas fechas, la llevaba a Nueva York, aprovechando la asistencia de su marido a la Asamblea anual de las Naciones Unidas, para deleite de la Prensa local. En esta ocasión nos quedaremos sin las poses, sin los modelos de firma de la «first lady» gala, ni las sesiones de «jogging» del matrimonio presidencial por Central Park, que se habían convertido ya en un ritual y en foto de portada de más de una publicación. Una lástima, porque el look premamá que luce Bruni, seguro, habría creado tendencia.


Los fotógrafos, vetados
Aurelien, el hijo mayor de la primera dama gala (en la imagen, junto a Sarkoy y su madre), no pudo escapar a los flashes de los fotógrafos y Carla no quiere, como diría María José Campanario, que su bebé se convierta en «un mono de feria». Así que ya ha advertido que, tras salir de la clínica, (muy próxima a sus domicilio) no permitirá que se tomen imágenes.