Barcelona

El PSC se aferra a una lluvia de promesas tras fracasar el cara a cara

Blanco anuncia que transferirá la gestión del aeropuerto de El Prat para que Cataluña tenga posición determinante.

Blanco y Montilla lanzaron la lluvia de promesas, entre ellas la gestión del aeropuerto de El Prat, en Manresa
Blanco y Montilla lanzaron la lluvia de promesas, entre ellas la gestión del aeropuerto de El Prat, en Manresalarazon

Frustrado el cara a cara en televisión, José Montilla y Artur Mas continúan su carrera electoral con estrategias dispares. A Mas, con una enorme ventaja, le basta con mantener a su electorado en tensión. Montilla, en cambio, sabe que la única manera de obrar el milagro de la remontada es conseguir que «la Cataluña silenciosa», esa que piensa abstenerse de masivamente, opte por votar y a eso se dedica, a despertar a los suyos.

Montilla está realizando los máximos esfuerzos por atraer a las urnas a los miles de ciudadanos de Cataluña que son afines al PSOE y que no han asimilado la alianza de siete años del PSC con ERC. Para provocar la reacción de la parroquia socialista, el candidato del PSC cuenta cada día con el apoyo de un miembro del Gobierno (Jáuregui, Rubalcaba, Rosa Aguilar…). Ayer, fue el turno de José Blanco, quien prometió, una vez más, transferir la gestión del aeropuerto de El Prat para dar una posición determinante a las administraciones catalanas. «Contigo (en alusión a Montilla) resolveremos esta asignatura pendiente de El Prat en la próxima Legislatura», prometió.

Mientras que Blanco representaba el papel del «Gobierno amigo», Montilla se sacó un par de ases de la manga para realizar la oferta socialista más atractiva. Después de explicar la estructura que tendría su gobierno en cinco áreas, el presidente y presidenciable anunció que contará con Antoni Castells para dirigir Economía y Finanzas y con Ferran Mascarell para gestionar el área de Cultura y Conocimiento. De esta manera, el líder del PSC intenta cerrar de una vez por todas la brecha abierta por la maniobra de alejamiento de Castells, que decidió no presentarse en las listas socialistas después de comprobar las ataduras del PSC con el PSOE.

Aunque a los candidatos no les queda más remedio que pasar página y concentrarse en la ultimísima recta final de campaña (el PSC pone hoy toda la carne en el asador en el Palau Sant Jordi), Montilla quiso realizar algunos comentarios sobre el abortado careo con Mas en una entrevista en Rac1. Se mostró «decepcionado» y consideró «lamentable» que no se haya podido celebrar por «cuestiones legales». También aprovechó para criticar «el partidismo» de Mas por no haber puesto más empeño en el duelo.

Pese a los ataques, el nacionalista mantuvo la calma y evitó entrar en un espiral de reproches. «Basta de polémicas sobre el cara a cara. Nos han dicho que no se puede hacer. Ya es agua pasada», concluyó. Eso sí, prometió que si llega a la Generalitat celebrará un cara a cara con el jefe de la oposición. Horas después, el nacionalista se trasladó a Girona con los ojos puestos en tratar de recuperar el día perdido de campaña por el careo frustrado.


Montilla no suprimirá las «multas lingüísticias»
Montilla dio a conocer las 25 medidas que impulsará en los 100 primeros días si es President. Entre otras cosas, se compromete a «revisar» las «multas lingüísticas», pero no a suprimirlas. «Daremos más vías de solución previas a la sanción económica», es el principio que guiará la reforma. El programa del PSC ya prevía flexibilizar este régimen sancionador, pero Montilla ha querido darle ahora prioridad para soltar el lastre de las multas a los comerciantes que no rotulan en catalán porque buena parte de su electorado no las comparte.