Infraestructuras
La solución para desactivar los fosfoyesos: enterrarlos
Sevilla- En junio de 2009 el Gobierno central encargó a la empresa Tragsatec un informe «técnico exhaustivo» para que un comité de expertos elaborara luego una propuesta de restauración para el área de Huelva ocupada por los fosfoyesos, residuos de la actividad de Fertiberia. Con ese fin se desembolsó un millón de euros, según confirmaron a LA RAZÓN fuentes del Ministerio de Medio Ambiente. Más de un año después, el proyecto piloto que la citada empresa, coordinado por la Universidad de Murcia, desarrolla en las marismas onubenses pasa por desactivar esos elementos contaminantes mediante su enterramiento. Así lo explicó ayer a pie de balsa la profesora de la Universidad de Murcia, Carmen Pérez, quien confirmó que mediante este proyecto «los fosfoyesos van a quedar debajo de tierra», si bien matizó que «lo importante» será que «queden inactivos y que no causen ningún tipo de problemas, que se elimine cualquier riesgo». Con ese fin, argumentó en presencia del consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, que «lo que se persigue es cortar las vías de dispersión de cualquier contaminante que contenga este residuo, ya sea por aire, agua o por contacto», no la destrucción del fosfoyeso. Para el responsable de Contaminación de Greenpeace, Julio Barea, ésa es la «peor de las soluciones posibles, la más fácil y la más barata para la empresa». Advierte que ya se probó en una zona en la que «medimos radiactividad» y no entiende por qué «se empeñan en dejar un legado tóxico a Huelva».
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