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Lo del hijo único en China por Ramón TAMAMES

Lo del hijo único en China por Ramón TAMAMES
Lo del hijo único en China por Ramón TAMAMESlarazon

En 1980, sólo dos años después de proclamarse las «cuatro modernizaciones» de Deng Xiaoping, que cambiarían la faz de China, se introdujo la «política de hijo único». Para contener la fuerte expansión demográfica en curso, justo cuando se alcanzaban los 1.000 millones de habitantes.
Esa política ha tenido un gran efecto: se ha calculado que entre 1980 y 2010, 400 millones de chinos dejaron de llegar al mundo, de modo que en vez de 1.740 millones, la población de la República Popular en 2011 era de 1.340.
Ahora, tres décadas después de aquellas inspiraciones –que algunos han denominado neomalthusianas–, se ha originado en la República Popular una viva polémica. En la idea de que la política de contención demográfica debe suprimirse o mitigarse, para evitar los problemas que está provocando: futura escasez de población activa, sexo-ratio desequilibrada, etcétera. En ese sentido, la poderosa burocracia del control demográfico se enfrenta a los académicos y expertos que se pronuncian por un cambio radical.
En el año 2007 ya hubo declaraciones contundentes en el sentido que apuntamos. Pero la respuesta oficial fue muy clara: no se cambiarían para nada las pautas demográficas, y los infractores de la consigna del hijo único serían penalizados aún más severamente.
La controversia, ahora, va tomando un nuevo giro, como lo demuestra el hecho de que en la provincia de Guangdong, la más populosa de China (104 millones de habitantes), se ha planteado el cambio de las reglas de freno a la población. En ese sentido, Zhang Feng, director de la Comisión de Población de la referida demarcación, ha obtenido del Gobierno de Pekín la posibilidad de poner en marcha, con carácter piloto, las medidas adecuadas para flexibilizar la monolítica idea del hijo único. Veremos cuál es la nueva decisión final de Pekín para recuperar el tono demográfico.