España
Los alumnos pasan más de medio año fuera de clase
Dos meses y medio de verano, más de dos semanas por Navidad, Semana Santa, festivos nacionales, autonómicos, el patrón de los profesores... Entre unos días y otros, y sumando los fines de semana, hacen más de medio año en el que los alumnos de Primaria y Secundaria no pisan la escuela. En total, la legislación marca un mínimo de 175 días lectivos. Se trata de uno de los calendarios escolares más cortos de la Unión Europea. España es, además, uno de los países donde las vacaciones son más largas.
Así lo demuestran los últimos estudios de la OCDE y de la UE. Países como Francia tienen un mínimo de 180 días lectivos. En otros, como Finlandia, se llega a 190. Éste es el país que ha obtenido mejores resultados en las últimas ediciones del Informe Pisa, que mide las competencias de los alumnos de 15 años en Matemáticas, Ciencias y Lectura.
Más horas, pero menos días
Los sindicatos saben que en España los alumnos dan menos días de clase que en la mayoría de la UE. Un reciente informe del sindicato FETE-UGT también pone de manifiesto que el profesorado de España, junto con el de Italia y Portugal, es el que tiene menor número de días de clase, tanto en Enseñanza Primaria como en Secundaria, comparado con la media de la OCDE, aunque algunos días no lectivos sí son laborables para los docentes.
Eso sí, el informe asegura que tiene más clases al día. En horas netas de clase el profesorado español supera a los docentes de muchos países desarrollados, aunque Estados Unidos, Países Bajos, Irlanda y Francia dan más clases, admite FETE-UGT.
En efecto, de acuerdo con el último estudio de la OCDE-Panorama de la Educación, que recoge indicadores de 2010, el número total de horas de clase para los alumnos de Educación Primaria y Secundaria es similar en España a la media de países de la OCDE. Incluso superior a algunos. Así, mientras que en España un niño de 15 años recibe 979 horas, en Finlandia da 856, según el estudio de FETE-UGT. Eso sí, los niños finlandeses tienen las vacaciones más fraccionadas, y la diferencia entre ambos países es notable: mientras que Finlandia es un referente educativo, España duplica la tasa media europea de jóvenes que dejan los estudios antes de los 16 años (28,4 por ciento) y el 35 por ciento de los alumnos repite.
Desigualdad autonómica
Sobre el calendario escolar las autonomías tienen mucho que decir, pues tienen competencias en la materia. En general, no dan menos días de clase de los que exige la Ley Orgánica de Educación (con la excepción de Murcia y Ceuta, que dan 174 días), pero pocas comunidades tienen un calendario que supere el mínimo de 175 días lectivos que prevé la ley para la enseñanza obligatoria, pese a que existe la posibilidad de ampliarlos. Lo constata UGT, que ha analizado cómo la mayoría se ajusta a los 175 días mínimos. Sólo Canarias llega a 180.
En Secundaria, los días lectivos van desde los 175 previstos en la mayoría de las comunidades hasta los 177 de Baleares. En este caso no sólo Murcia y Ceuta se saltan el mínimo y dan un día menos de clase, tampoco Extremadura cumple la ley, y da sólo 173 días. Llama la atención, además, que los alumnos de Ceuta estén entre los que menos clases tienen, porque en esta ciudad autónoma, al igual que en Melilla, las competencias en Educación dependen directamente del Ministerio, que ha establecido el calendario.
«Los niños pierden el hábito de trabajo en tres meses»
Vicente Romero, su mujer, Pruden, y sus cuatro hijos pasan estos días entre uniformes, mochilas y libros de texto. Preparan la vuelta al cole de los niños, de entre tres y diez años, y calculan que se gastarán entre 700 y 800 euros por cada uno. Pero más que los gastos derivados del regreso a las aulas, a esta familia le preocupa cómo se adaptarán sus hijos al nuevo curso. «Las vacaciones son tan largas que los niños pierden el hábito de trabajo y, cuando empiezan, les cuesta mucho. A los profesores también les cuesta hacerse con ellos», asegura el padre. Aunque tratan de que durante el verano no «desconecten» del todo, no siempre es fácil. «Intentamos seguir un plan de trabajo que nos pone el colegio [Los Olmos, en Madrid, del Grupo Fomento], más intenso a medida que se acerca el inicio de curso, pero es complicado». Vicente admite que tanto a él como a su esposa, ambos trabajadores, «nos vendría genial que se adelantara el curso, porque en julio y agosto más o menos nos apañamos con las vacaciones, pero luego, ¿qué haces con los niños?»
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