San Francisco

Españoles en la meca de la tecnología

En Silicon Valley (San Francisco), con una idea, diez dólares y conexión a internet se puede constituir una empresa en unos pocos «clics» y un par de días. En España, no; como mínimo son necesarios 3.000 euros de inversión inicial y mucha paciencia.

A Ignacio, de 21 años, San Francisco le ha cambiado la vida. Trabaja unas diez horas diarias en una «startup» de 12 trabajadores, por eso cuando llega a casa sólo piensa en descansar. Pero le gusta: «Aquí sólo se habla de nuevos proyectos. Los inversores
A Ignacio, de 21 años, San Francisco le ha cambiado la vida. Trabaja unas diez horas diarias en una «startup» de 12 trabajadores, por eso cuando llega a casa sólo piensa en descansar. Pero le gusta: «Aquí sólo se habla de nuevos proyectos. Los inversoreslarazon

MADRID- Ésta no es la única diferencia entre «la meca de los emprendedores» y gran parte de los países europeos. «Nos falla el ‘‘ecosistema'', no la gente», afirma José Luis Moreno, director del programa «Jóvenes con futuro» de la empresa StepOne. Este proyecto busca a técnicos informáticos «muy jóvenes que estén dispuestos a dejarse la piel en la costa Oeste norteamericana», añade. Ésta es la mejor forma de conseguir que el aire que se respira allí desembarque en territorio español.

Saúl, Ignacio y Alberto son tres de los cuatro seleccionados entre más de 300 candidatos para vivir el sueño americano. Su edad no supera el cuarto de siglo, pero su creatividad y ambición los convierte en grandes promesas. Conocen lo que vende hoy: «apps» para iPhone, iPad y Android, «smart-tv»... Su cerebro piensa en digital. Por eso, el valle donde están instaladas las grandes TIC (Google, Facebook, Twitter, entre otras) es su El Dorado. «Todo el mundo quiere venir aquí por el entorno. No hay día que no se hable de montar una empresa», afirma Ignacio. Trabaja desde septiembre en Mindsnacks, un «startup», es decir, una idea que un grupo de jóvenes ha convertido en negocio y que normalmente tiene poco recorrido a largo plazo. No obstante, siempre cuentan con un «business angel», un inversor potente, que ve en el producto un futuro desarrollo comercial. «Si tienen éxito, estas empresas pueden pasar de no facturar nada a obtener 70 millones de euros de beneficios anuales pasados cinco años», destaca Moreno. En Mindsnacks crean juegos educativos para móviles. «La empresa empezó hace dos años con cuatro programadores y ahora somos 12», explican.

Pero la cuna de HP y Apple no lo pone fácil. Sólo el 1 por ciento de los proyectos que se ponen en marcha triunfan. La competencia es enorme y, aunque la financiación no es un problema, no todas las ideas salen adelante. No es el caso de Miguel Ángel Díaz, inventor de RedKaraoke. «Es un aplicación para llevarte el karaoke a donde quieras en tu móvil», explica. El éxito en España y Japón le ha ayudado a lanzarse al mundo competitivo de California. Allí trabaja en un centro de negocios donde comparte despacho con varias «startups» más. El valor adicional que aporta su negocio y que resulta muy jugoso para los inversores de la zona es la próxima integración de su aplicación en las nuevas televisiones inteligentes. «Lo que más me sorprende es la facilidad con la que te puedes reunir con grandes ejecutivos.». En Silicon Valley, como reconoce, «no importa la procedencia, ni la situación financiera que atraviesa tu país, lo importante es mostrar ambición internacional».

Es verdad que muchos tópicos se confirman: los videojuegos y las mesas de ping-pong en las oficinas, las diez horas de trabajo «non-stop» y el clásico sandwich delante del ordenador. No se vive como en España, pero si se obtiene mayor productividad. Los tres jóvenes y Miguel Ángel, aceptan que en nuestro país no se podría montar una red de empresas tecnológicas tan compleja.