FARC

El jersey de cuello alto

La Razón
La RazónLa Razón

Cuando supe que había muerto Marcelino Camacho tuve un gran disgusto. Me caía bien. Se iba uno de los iconos de la Transición. El sindicalista con jersey de cuello alto que defendía con firmeza sus convicciones. Fue uno de los protagonistas del complejo proceso que ideo y dirigió el Rey con éxito. Camacho me caía bien. Por regla general nunca me han gustado los comunistas, aunque fui amigo del Guti. El comunismo es una de las mayores abominaciones de la historia. Un totalitarismo que ha destrozado todas las naciones que ha gobernado. Es cierto que hay comunistas bien intencionados y cuyas ideas son honorables. El desaparecido fundador de CCOO era uno de ellos. Ahora hay mucho antifranquista de boquilla, pero mientras vivió el general eran muy pocos los que estaban dispuestos a defender lo que ahora todos compartimos. Camacho y su familia pagaron un alto precio por su compromiso político . Por ello, aunque no coincido con sus ideas, le honro y le admiro.