Oporto
«Lo bonito bonito bonito es ganar con el Real Madrid»
«Me gustan los retos y mi atracción por este club es por su historia y por su frustración de los últimos años»
Pelo más corto y barba recién afeitada, así se presentó José Mourinho en su puesta de largo como nuevo técnico del Real Madrid para los próximos cuatro años. Rostro más aniñado, menos duro. Antes firmó el contrato que le puso en la mano Florentino Pérez en la sala donde reinan las nueve Copas de Europa; recibió los regalos preceptivos, el saludo de Di Stéfano (de quien su padre siempre le dijo que para él había sido el mejor) y bajó con Valdano a torear con mucha personalidad a la prensa española, portuguesa, italiana e inglesa.Mourinho estuvo más comedido de lo esperado, aunque no evitó dejar las cosas claras desde un principio. No es un «provocador»; se defiende cuando faltan el respeto a su equipo; no es antibarcelonista, «para nada», pero si le «odian allí, no es problema» suyo, es un «grandioso rival» y le respeta «como al resto»; y no puede prometer que el Real Madrid «vaya a llegar lejos en la Copa de Europa», sí puede prometer «trabajo y empatía con el club».La hipocresía no va con él. Lo demostró cuando se le preguntó si creía que había nacido para entrenar al Madrid: «No lo sé, pero seguramente sí he nacido para ser entrenador de fútbol. Me gustan los retos más importantes y mi atracción por el Madrid es por su historia, por su frustración de los últimos años y por las expectativas de ganar. Es un orgullo, pero lo más bonito, bonito, bonito no es entrenar al Madrid o jugar en el Madrid, lo más bonito, bonito, es ganar en el Real Madrid», dijo, pensando que el juego bonito es la prioridad de la afición.¿Se consideraba el mejor entrenador del mundo? No quiso pecar de «falsa humildad». Para él hay un ramillete de ténicos que, con «trabajo y suerte», están en ese escalafón; pero como son los resultados los que imperan, cree que esta vez ganará el galardón de mejor entrenador 2009-2010 por su «triplete» en Italia.Se mostró vehemente cuando se le tildó de defensivo: «He jugado tres finales europeas y ganamos los tres partidos y marcamos ocho goles. Cuando se repite una mentira muchas veces, para las personas inteligentes esa mentira será siempre una mentira, y para las no inteligentes, una verdad. Por suerte, en el fútbol hay más personas inteligentes. Por eso he entrenado a equipos como Oporto, Chelsea, Inter y Real Madrid, porque hay presidentes y directores deportivos inteligentes. Otra cosa es la organización de juego. Un equipo organizado defiende muy bien. Puede jugar con muchísimos jugadores de ataque y defender muy bien. En el Inter jugaba con cinco jugadores ofensivos y defendía bien. ¿Por qué? Porque el entrenador es un gran entrenador», acabó bromeando.A «Mou» ya le ha dado tiempo a muchas cosas. Pasó por Valdebebas antes de firmar y habló con Raúl, pero en esa charla «no entra la prensa». De sus palabras se desprende que será el capitán quien decida su futuro; le tiene todo el respeto: «Raúl está en la historia del Real Madrid y debo respetarle. Tengo que ser honesto con él y no puedo tratarle como a un jugador cualquiera». Eso sí, al resto sí que los tratará por igual, pues aportó sentencias de su sentido de la colectividad, cuando se le inquirió por su relación con Cristiano Ronaldo. «Cristiano es un jugador muy importante para el Real Madrid y para el fútbol en general, pero la fuerza de mis equipos siempre ha sido el conjunto, no las individualidades; él es un ganador y no va a ser difícil convencerle de esto».Respecto al estilo de juego, Mourinho –dijo– se adaptará a las caracterísitcas de los jugadores, pero el Madrid, como sus otros equipos, más que una filosofía de juego tendrá una filosofía ganadora. «Un equipo se forma de equilibrios, y eso es jugar bien con balón y sin él, defensivamente y ofensivamente, ser psicológicamente muy fuerte, ganar los partidos normales y los partidos decisivos, en los que hace falta, además, una fuerza mental grande. Esta fuerza mental es fundamental en el fútbol de hoy».Se tomará un respiro de una semana y comenzará a planificar la temporada. De fichajes no quiere hablar, «pues cada palabra sobre un jugador sube su precio un millón de euros», pero afirmó: «Con la base de esta plantilla no necesitamos de cambios dramáticos, sólo de dos o tres jugadores nuevos». ¿Españoles?, como Florentino quería para este nuevo proyecto. «La identidad no tiene nada que ver con la nacionalidad. La identidad del club no va a cambiar nunca, pero la identidad futbolística es la de los que vamos a trabajar en el club».También fue muy honesto Jorge Valdano, quien de arrancada pidió tiempo para zanjar una «morbosidad reinante», que él y Mourinho habían zanjado ya hace tres años tras un cruce de opiniones en tono agresivo. Se refiere Valdano a cuando él colaboraba en los medios y dejaba claro que no le gustaba el estilo de juego de Mourinho. «Aquello se resolvió fácilmente sin saber que luego coincidiríamos en el mismo club. Entre nosotros no hay ningún problema», dijo. El director general, además, no se arrepiente de haber defendido a Pellegrini desde el primer al último día, «como era mi obligación y la de cualquier trabajador del Real Madrid». «Ahora haré lo mismo con José Mourinho», explicó. Porque –añadió– «no tengo ningún derecho a llevar mis obsesiones al lugar que ocupo en el Real Madrid. Mi responsabilidad es buscar lo mejor para el club y ahora, sin duda, es José Mourinho. Es un honor tener con nosotros a uno de los entrenadores más prestigiosos del mundo. Ver esta sala repleta ya habla por sí solo», concluyó Jorge Valdano.
✕
Accede a tu cuenta para comentar