La factura de situar a Cataluña en el mundo

BARCELONA– La crisis económica no puede servir de pretexto para renunciar a la internacionalización de Cataluña. Al contrario. Así lo piensa el Govern de CiU, convencido de que es crucial «potenciar el papel de Cataluña» a partir de prioridades como realizar estudios de su imagen en el exterior –se harán cuatro este año–, impulsar planes de trabajo que estructuren relaciones bilaterales con otros gobiernos, ofrecer subvenciones a las comunidades catalanas de todos los continentes y apadrinar estudios y programas. Así lo especifica el programa «Nació, llengua i cultura» del departamento de Presidencia en el proyecto de presupuestos de 2012, que prevé destinar en total 26,9 millones de euros a la acción exterior de la Generalitat.

Los presupuestos todavía no se han aprobado porque se están tramitando en el Parlament, pero es de esperar que el PP acabe arrimando el hombro porque ya permitió que el proyecto superara las enmiendas a la totalidad de la oposición. Los populares han insistido mucho en reorientar el papel de las «embajadas» catalanas para suprimir alguna –se ha fulminado la de Buenos Aires– y para que el resto ponga el acento en la internacionalización económica y no en proyectos de «construcción nacional». El Govern de CiU se ha visto obligado a hacer concesiones y ha tenido que asumir que su papel debe ir de la mano del Estado, pero Artur Mas no piensa renunciar a su ADN nacionalista.

A través del patronato Catalunya-Món, por ejemplo, el Govern quiere «promover la participación de Cataluña en las organizaciones internacionales –en particular en la Unesco–», así como «potenciar el papel de Cataluña como sede de instituciones, cumbres y reuniones internacionales de actores públicos no gubernamentales». El patronato también tiene la misión de realizar un análisis sobre el seguimiento de Cataluña en la prensa extranjera y «ejercer de lobby dando apoyo a las candidaturas de organismos internacionales para que se establezcan en Cataluña». Para todo ello se ha previsto casi un millón y medio de euros (1.464.500 euros).
 
A lo largo de este 2012, están también presupuestadas siete visitas de miembros del Govern a las instituciones europeas, así como diferentes medidas para mejorar el estatus de la lengua catalana en la Unión Europea y el fortalecimiento de las relaciones de la Generalitat con el cuerpo diplomático y consular en su conjunto. Sólo el departamento de Presidencia destinará, en principio, 10,4 millones a todos estos objetivos.

Cataluña solidaria
El plan del Govern «Nació, llengua i cultura» también prevé «consolidar a Cataluña como un actor internacional comprometido, responsable y solidario», es decir, conseguir que la Generalitat aparezca a ojos del mundo como un gobierno preocupado por las tareas de cooperación con los países más necesitados. «Son geográficamente prioritarios los países y pueblos del Mediterráneo, especialmente los del Magreb, los de América Latina y los de África subsahariana». La partida para cooperación asciende a 15,2 millones de euros.

Todos estos números son inferiores a los de 2011, sin duda, producto de la presión que ha realizado el PP para centrar los recursos en otros aspectos más prioritarios. El año pasado, la Generalitat destinó 35 millones a acción exterior, de los cuales 22 tuvieron por objetivo la cooperación al desarrollo y 13 las relaciones exteriores. Los retos de entonces son los mismos de ahora, pero la factura desciende. Podría ser menos incluso, pero la Generalitat se niega a compartir, por ejemplo, las sedes de embajadas que el Gobierno tiene en el mundo.

La presión del PP y el gasto a la baja
El PP se mostró muy beligerante durante la pasada legislatura con el gasto del tripartito en diplomacia. Con la llegada de CiU y el poder de presión del PP como socio en los presupuestos, el gasto ha ido a la baja y la transperencia va a ir en aumento, ya que la Generalitat publicará anualmente el coste detallado del funcionamiento y mantenimiento de las oficinas y delegaciones de la Generalitat en el extranjero, después de que CiU aprobara en el Parlament una moción impulsada por el PP en ese sentido.