La Generalitat reduce el déficit un 10% gracias al nuevo modelo de financiación

Tras una semana complicada, que empezó con un tenso enfrentamiento con la comisión de investigación parlamentaria por el «caso Palau», ayer, en la presentación de la liquidación de las cuentas de la Generalitat de 2009, el conseller de Economía, Antoni Castells, sonrió. E, incluso, bromeó. Aunque la Generalitat ingresó en 2009, 14.929 millones por impuestos, 2.263 millones de euros menos de lo previsto por culpa de la crisis, Castells se mostró «satisfecho», porque «se están cumpliendo los objetivos». La recaudación en concepto de transmisiones patrimoniales, vinculado con la actividad inmobiliaria, bajó un 18 por ciento, se ingresaron 639 millones menos de lo presupuestado. Y también se registró un descenso de impuestos vinculados al consumo –se ingresó un 13,5 por ciento menos por el IVA y un 32,8 por ciento menos por el impuesto de matriculación–. Pero el déficit público se redujo un 10 por ciento –566 millones de euros–, gracias a los 1.990 millones de euros que aportó el nuevo modelo de financiación. En 2009, el déficit se situó en 4.706 millones de euros, lo que representa el 2,4 por ciento del PIB. El plan de austeridad que aprobó el Govern prevé ahorrar 1.700 millones en 2010, para conseguir que el déficit sea del 1,1 por ciento en 2013. Al margen de estrecharse el cinturón, Castells incidió en la necesidad de adoptar medidas adicionales como el copago sanitario en función de la renta. Pese a que los ingresos no financieros aumentaron un 2,7 por ciento y se situaron en 11.262 millones de euros, los gastos no financieros también crecieron, lo hicieron un 2,8 por ciento, hasta situarse en 13.670 millones. La deuda alcanzó 29.292 millones de euros, un 11,4 por ciento del PIB.