Psiquiatría
Los descongestivos están contraindicados en hipertensos
El catarro común es una enfermedad causada por diferentes tipos de virus que afectan al sistema respiratorio provocando unos síntomas como son los estornudos, goteo y congestión nasal, dolor de cabeza, ojos llorosos, picor de garganta o tos. Para combatir la enfermedad no hay un tratamiento concreto, pero sí podemos aliviar los síntomas.
Uno de los más molestos es sentir la nariz tapada o goteando. Esta congestión se debe a una dilatación de los vasos sanguíneos que puede ir acompañada de moco y una sensación de obstrucción de las fosas nasales. Para aliviarlo, lo más aconsejable es hacer una buena limpieza de las fosas nasales con soluciones salinas, preferiblemente usándolas en spray, recordando limpiar el aplicador después de cada uso. En niños también pueden usarse los envases monodosis, presionando la botella ligeramente para evitar el riesgo de contaminación del oído. También es de ayuda hacer vahos en los que se puede añadir eucalipto y mantener el ambiente húmedo.
En adolescentes y adultos se pueden emplear gotas descongestionantes que tienen acción rápida y efectiva, aunque sólo se consigue una mejoría temporal. Antes de cada aplicación debe limpiarse la nariz, administrarse con la cabeza vertical inspirando y recordar que no deben usarse más de dos o cuatro veces al día, dependiendo del principio activo, ni más de cinco días consecutivos, para evitar la aparición de un efecto rebote. Debe tenerse precaución en pacientes diabéticos, en hipertensos, con glaucoma y con hipertiroidismo. En determinados pacientes y en caso necesario, el médico puede prescribir corticoides locales, que actúan sobre los agentes mediadores de la inflamación.
Los descongestivos orales tienen un efecto vasoconstrictor menor que los de uso tópico, pero actúan tanto sobre la mucosa nasal como sobre la de los senos paranasales y no producen efecto rebote. No están recomendados ni en embarazadas ni en niños menores de seis años. Se encuentran en muchas de las especialidades mal llamadas «antigripales», pero hay que tener en cuenta sus efectos adversos como la sequedad de boca o la hipertensión.
Los antihistamínicos orales reducen los estornudos y el volumen de la rinorrea, así como el picor en ojos, nariz y garganta, siendo más efectivos los antihistamínicos llamados de primera generación, como la bromfeniramina, la clorfeniramina y la clemastina, aunque provocan una cierta somnolencia como efecto secundario.
Es importante recordar que el catarro común se transmite principalmente a través de la inhalación de pequeñas partículas que emite la persona infectada cuando se suena o se toca la nariz, tose o estornuda.
No hay que olvidar que todos los medicamentos son para el alivio sintomático y no impiden la propagación de la infección.
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