Sánchez-Camacho interviene para pellizcar inversiones en infraestructuras

BARCELONA – Que la relación entre CiU y PP no pasa por su mejor momento no es ninguna noticia. Los presupuestos generales del Estado que presentó el Gobierno de Mariano Rajoy han enojado a los de Artur Mas que consideran que las cuentas «castigan especialmente a Cataluña». El motivo de la discordia son los 211 millones de euros que el Estado debe a la Generalitat en cumplimiento de la liquidación de 2009 de la disposición adicional tercera del Estatut y que el Gobierno no ha incluido en sus cuentas. Aunque la presidenta del PP, Alicia Sánchez-Camacho, recordó ayer que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha dicho que «no hay dinero en la caja» para pagar las deudas a Cataluña, tratará de pellizcar inversiones en infraestructuras enmendando los presupuestos generales del Estado.
En una entrevista en Catalunya Ràdio, Sánchez-Camacho avanzó que, en su condición de senadora, presentará un paquete de enmiendas para arrancar inversiones para la N-II, el corredor ferroviario mediterráneo y los accesos al puerto y al aeropuerto de Barcelona. Aunque admitió que el dinero que puede arañar no será «muy importante», confía en que este gesto sanee la relación entre el PP y CiU, lastimada tras la presentación de unos presupuestos que «castigan» a Cataluña.
«Cataluña se enfrenta a una semana decisiva», aseguró Sánchez-Camacho, que avanzó que en los próximos días se concretarán las nuevas inversiones en infraestructuras, unos «logros» que la presidenta del PP catalán arrancó el pasado viernes, tras reunirse con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la ministra de Fomento, Ana Pastor, y Montoro. Aunque el propio Rajoy le trasladó que en este momento «no hay dinero» para hacer frente al pago de las deudas, Sánchez-Camacho se mostró convencida de que el Gobierno acabará pagando.
Sánchez-Camacho quiere reconducir las relaciones con CiU. No quiere partir peras antes de abordar el pacto fiscal.

Rajoy en Barcelona
Mariano Rajoy viajará el jueves a Barcelona para cenar con el consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE), con la esperanza de que el organismo apueste por nuevas inyecciones de liquidez para respaldar las reformas. Es una ocasión para verse con Artur Mas que ha reclamado una reunión para exponer su propuesta de pacto fiscal.