Ciencias humanas
Científicos ya estudian la hibernación para futuros viajes espaciales
Hibernar podría ser una solución para que el cuerpo humano resista un viaje espacial de larga distancia, una opción que un grupo de científicos se ha planteado después de analizar el proceso de hibernación de los osos negros de Alaska.
Científicos de la Universidad de Alaska han descubierto que los osos negros reducen su temperatura corporal ligeramente durante ese periodo pero su actividad metabólica desciende muy por debajo de los niveles de otros animales que también hibernan.
Según sus autores, este descubrimiento, que se presentó hoy en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias (AAAS) fue inesperado, ya que hasta ahora lo que en general se sabía es que los procesos químicos y biológicos de un organismo se desaceleran normalmente un 50 por ciento por cada 10 grados que baja la temperatura corporal.
Pero según este nuevo estudio, que se publica esta semana en la revista Science, la temperatura corporal de estos osos disminuyó sólo unos cinco o seis grados y su metabolismo se desaceleró un 75 por ciento, en comparación con su actividad estival normal.
Durante el periodo de hibernación, los osos pasan de cinco a siete meses sin comer, beber, orinar o defecar antes de emerger de sus guaridas prácticamente en la misma condición fisiológica en la que estaban antes de que entraran a ellas. En este periodo los osos respiran sólo una o dos veces por minuto y su corazón se desacelera entre las respiraciones, a veces, llega a haber intervalos de hasta 20 segundos entre latidos.
El grupo, dirigido por el profesor Øivind Tøien investigador del Instituto de Biología Ártica (IBA) de la Universidad de Alaska, descubrió además que la actividad metabólica de los osos continuó en niveles más bajos varias semanas después de emerger de su letargo. Este hallazgo ha llevado a los investigadores a pensar que los datos recolectados en este estudio podrían aplicarse de manera útil para los seres humanos en el futuro.
El director del IBA de la Universidad de Alaska, Brian Barnes, aseguró que la aplicación de los mecanismos de supresión metabólica a las personas en situaciones de emergencia podría salvar vidas. "Una rápida reducción de la actividad metabólica de las víctimas de un derrame cerebral o un ataque cardíaco podría dejar al paciente en un estado estable y protegido que daría a los médicos más tiempo para tratarlo", señaló Barnes. Otra de las opciones sería para un largo viaje espacial.
El Gobierno de EEUU se ha propuesto llegar a Marte para el año 2030, pero a diferencia de los viajes que ya se han hecho, la distancia al planeta rojo es equivalente a un trayecto de seis meses. Si el cuerpo humano pudiera alcanzar este tipo de hibernación el viaje a un lejano planeta o a un asteroide podría ser más llevadero tanto para los astronautas como para los candidatos a formar una futura colonia en el espacio.
El estudio se hizo con un grupo de osos capturados por el Departamento de Pesca y Caza de Alaska que se había aproximado demasiado a varias comunidades humanas. Los investigadores les colocaron en estructuras diseñadas para imitar una guarida de oso situadas en el bosque, lejos de los humanos, y equipadas con cámaras de infrarrojas, detectores de actividad y otros aparatos con sensores remotos.
También implantaron transmisores de radio en cada oso para registrar su temperaturas corporal, los latidos del corazón y actividad muscular de los animales. Este es el primer estudio en medir continuamente los índices metabólicos y las temperaturas corporales de osos negros (Ursus americanus), mientras hibernaron en condiciones naturales.
El equipo continuará la investigación para determinar los cambios en la expresión del genoma que se produce durante las transiciones en estado de hibernación al despertar y si la protección de los tejidos se puede activar durante el verano.
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