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«Glamour» de polígono el nuevo filón de la televisión
«Yo estaba en el parking de la Fabrik, dándolo todo con mi cubata en la mano, cuando se acercaron dos tíos que me dijeron: ‘‘¡Hola, somos de La Sexta!'', ¿de qué secta?, pregunté mientras pensaba: ¿qué harán aquí dos Testigos de Jehová?». Así narra Jessica Calvo (la Jessi) su primer contacto con el equipo del nuevo programa que La Sexta estrena esta noche a partir de las 23:15 horas, «Princesas de barrio». Poco se podía imaginar esta madre soltera de 22 años, residente en Torrejón de la Calzada (Madrid), y fan de «Camela», que ese encuentro la llevaría directamente del polígono industrial de la madrileña localidad de Humanes, donde se ubica la discoteca Fabrik, a la tele.
Tras el éxito de «Mujeres ricas», donde el espectador podía asistir, muchas veces sin dar crédito a lo que estaba viendo, a cómo varias mujeres con posibles contaban su glamuroso día a día, La Sexta ha optado por abordar el caso opuesto. El «docushow» retrata a cuatro mujeres anónimas, de barrio, libres y atrevidas. Acompañan a Jessi en esta aventura Iratxe, un ama de casa en paro de Toledo que desde hace un año y medio vive con su novio, «El Pesca»; Marta, una gogó de Arganda del Rey, que en sus espectáculos sale muy ligerita de ropa, y Paqui, una cantante de orquesta, que sueña con casarse con el padre de sus dos hijos, grabar una maqueta profesional y comenzar un curso de maquillaje.
En la estela de «La Esteban»
Aunque los responsables de Cuatro Cabezas, la productora del nuevo espacio, aseguran que cualquier parecido con Belén Esteban es una simple casualidad, lo cierto es que la «Princesa del pueblo» comienza a crear escuela, un fenómeno que analizan tanto sociólogos como psicólogos, especialmente por el modelo que se está exportando a los más jóvenes de la sociedad.
Para el psicólogo clínico y director de Quality Psicólogos, Enrique García Huete, que además ha sido director del equipo de psicólogos que trabajan en «Gran hermano», este tipo de programas puede suponer para una parte elitista de la población un reflejo de denigración y del poco éxito en la vida; sin embargo, «se trata de personas de carne y hueso, y que representan a una parte importante de la juventud española, a los que la situación actual de crisis les deja pocas posibilidades de progresar en la vida (están parados o desempeñan trabajos precarios)», y para los que su máxima aspiración es convertirse en «mileuristas».
«Existe mucha gente alrededor de los polígonos, que comparten una misma estética, leguaje y valores. No sólo hay un sentimiento de identificación con este colectivo, sino que además hay un cierto orgullo por el hecho de pertencer al mismo», añade. Es precisamente este proceso de identificación una de las razones por las, que a juicio de García Huete, este tipo de formatos televisivos tiene éxito. Para el sociólogo Amando de Miguel, la televisión actual está mostrando un modelo que puede llegar a ser muy perjudicial para las futuras generaciones, no tanto por razones ideológicas, sino estéticas. «La televisión de ahora está alentando un modelo zafio y de mal gusto, y que, además, triunfa, porque, en general, hay poca cultura. Los contenidos televisivos no tienen por qué ser tesis doctorales, pero sí deben tener un cierto refinamiento», asegura De Miguel. En este sentido, el sociólogo pone como ejemplo la serie de TVE «Cuéntame cómo pasó» como un producto de televisión de calidad que no está reñido con la audiencia.
El presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, afirma que programas como «Princesas de barrio» no ayudan a la labor educativa que, en teoría, debería tener la televisión hacia la juventud. «Estos contenidos se oponen a los valores que se deben inculcar a nuestros jóvenes, como es el trabajo y esfuerzo. En lugar de ensalzar las cualidades de personajes ejemplarizantes, se destacan otras que poco tienen que ver con la superación. Por este motivo, creo que este tipo de espacios no son aconsejables», precisa Blanco.
Poligoneras ilustres
La Lore, la hija mediana de «Aída», es hasta el momento la poligonera más famosa de la TV. Apasionada de la ropa ajustada y del maquillaje, sueña con ser famosa, y salir del barrio. Lorena es sólo un personaje de ficción, pero a los cástings de los «realities» y de programas como «Mujeres, Hombres y viceversa» de T-5, se presentan cada día chicas de este perfil. En «Las joyas de la corona», una esforzada Carmen Lomana trataba de pulir a un grupo de jóvenes, algo ordinarias, cual Rex Harrison y Audrey Hepburn en «My Fair Lady». La ganadora del concurso, Azahara, llegó de Parla cargada de piercing y salió convertida en una auténtica «señorita», que sabía incluso el apellido del Rey. Por «GH» han pasado también un ramillete de concursante que se podrían catalogar en este curioso grupo, como Inma, esa granadina de pelo rubio oxigenado, modelitos de los que cortan la respiración (por lo ceñido) y a la que se le iba un poco la mano con el maquillaje. Hasta Bigas Lunas se atrevió a llevar este fenómeno a la gran pantalla con «Yo soy la Juani». Era sólo una película, pero muchas veces la realidad supera a la ficción, ¿me entiendes?
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