La Habana

Nuevo crimen de los Castro por José CLEMENTE

La Razón
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Hoy pasaré de puntillas sobre la prima de riesgo, la cotización del mercado de valores, los tipos de interés de la deuda y todo eso que puede llevarnos a la depresión o al infarto de miocardio. Pasaré de la prima de riesgo porque para riesgo, riesgo del de verdad, no hay más que ser, o mejor dicho, sentirse, ciudadano libre de la perla caribeña llamada Cuba, donde una denostada, perversa y anacrónica dictadura dirige los designios de un pueblo hermano que fue, en otro tiempo pasado, lo mejor sin duda de Centroamérica. Hoy es un pueblo oprimido, esclavizado, indigno y apartado del mundo civilizado gracias a sus gobernantes, cuya sola disidencia política hacen pagar con la vida. Este fin de semana le ha tocado el turno al líder del Movimiento Cristiano de Liberación, Oswaldo Payá Sardiñas, creador junto a otros disidentes cubanos de los «Proyectos Varela» y «Heredia», que abogaban por el fin del régimen autoritario de los Castro y la instauración de la democracia en un sistema de libertades plenas. Oswaldo Payá fue atacado en una carretera de la región oriental de Gramna, donde desembarcaron Che Guevara y Fidel Castro en 1959, cuando viajaba a un acto en compañía del también activista, Harold Cepero, el español Ángel Carromero, concejal de Madrid y secretario de Nuevas Generaciones del PP, y el político sueco Jens Aron Moding, actual presidente de la juventud de la Liga Demócrata-Cristiana (KDU). Según una testigo presencial de los hechos que contradice la versión del accidente del régimen, una camioneta atacó en repetidas ocasiones y plena ruta al vehículo de Payá y Cepero hasta sacarlos de la carretera, donde impactaron contra un árbol. No es la primera vez que un disidente cubano muere en similares o parecidas circunstancias, algo que a los de la ceja y a los «socialmillonarios» españoles parece preocuparles menos que la subida del IVA, un incremento que, en versión «guerracivilista» de Mariscal, se han inventado los «nietos de Franco para fastidiar a los rojos de la cultura». Menos mal que él sigue vendiendo perritos Cobi, el de la mascota olímpica de hace 20 años, porque sin ellos la economía se colapsaría definitivamente, además de que tanto desgaste neuronal le debe servir de sustento.

Los residentes cubanos en Murcia han recibido la noticia como un auténtico mazazo, aunque son los primeros en saber cómo se las gasta el régimen, por eso muchos de ellos no sólo no piensan en regresar a Cuba hasta que desaparezcan los Castro, sino que aún dándose ese supuesto esperarían a que los nuevos gobernantes dieran muestras de sus verdaderas intenciones antes de volver a pisar suelo patrio. Entretanto, la dictadura continúa con su política de eliminación de cualquier contrario al régimen, bien sea en las cárceles de La Habana o en cualquier accidente simulado. Hace 9 años Oswaldo Payá puso en pie el «Proyecto Varela», un manifiesto al que se adhirieron cerca de 25.000 personas y que destapó las vergüenzas de esa dictadura feroz y sanguinaria. El revuelo fue mayúsculo, pero a la que la Prensa internacional regresó a sus países los Castro fueron a por él, su familia y todos los firmantes del manifiesto. Muchos son los caídos (Orlando Zapata, Wilfredo Soto, Wilmar Millar, Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco, y, así, un larguísimo etcétera). A las Damas de Blanco, cuyos maridos o hijos estaban encarcelados por todas las prisiones de Cuba, se les vapuleba a diario en la puerta de sus domicilios, mientras que a las otras Madres de la Plaza de Mayo, el PSOE de Rubalcaba las inundaba de millonarias subvenciones, que ahora nos faltan, y fastuosas comilonas, que todavía debemos.