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Doblez por Sabino Méndez

La Razón
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La Prensa, cuando más derrapa, es hablando de sí misma. Lo hemos comprobado una vez más con el debate sobre los anuncios de prostitutas. Se ha argumentado a favor y en contra, asomando la doble sustancia del periodismo actual que se compone de información y opinión. Los contrarios a los anuncios han preguntado cómo se puede clamar en los editoriales contra el abuso a la mujer y luego recibir ingresos por publicar ofertas de los cuerpos de ellas. Los partidarios se han defendido con una argumentación que, vista a oscuras y de lejos, puede parecer inteligente. Han respondido que esa doble función de opinión e información justifica que se busque la moral, la justicia y lo razonable a través de los columnistas mientras que, a la vez, se asume llevar el comercio callejero a la Prensa. La moral y el raciocinio tendrían su lugar en la opinión (lo didáctico, en suma) mientras que los anuncios sexys pertenecerían a la función informativa de cómo está el mercado del sexo (la vida y la realidad, al fin y al cabo). Nos darían, por tanto, noticia cruda y real de cómo andan los intercambios sexuales de los españoles con el factor (indiscutiblemente objetivo) de la oferta y la demanda económica.Bueno, yo no sé si eso será así o el argumento vendrá de una extensión un poco perversa de las consideraciones biologistas sobre el fenómeno de la prostitución (que las hay, y razonables). Ahora bien, si esas ofertas son publicables porque son noticia, entonces deberían publicarlas gratis. Que yo sepa, al resto de los que generan noticias no se les cobra por publicarlas. Lejos de mí querer ser la felicidad de los proxenetas pero, si los periodistas se ponen en ese plan, no quedará más remedio que llegar hasta el final. Y yo creo que no habrá narices.