América

Caracas

La Audiencia confirma que Cubillas era el jefe de ETA en América

Arturo Cubillas, protegido por el gobierno de Hugo Chávez, no sólo se encargaba de todo lo relacionado con la infraestructura de los etarras que llegaban a Venezuela para participar en cursillos de adiestramiento en el uso de armas y explosivos, sino que, además, era el principal responsable de la banda en el continente americano.

Cubillas, en una imagen tomada a finales del pasado año en Caracas, trabaja para el Gobierno venezolano y dispone de guardaespaldas
Cubillas, en una imagen tomada a finales del pasado año en Caracas, trabaja para el Gobierno venezolano y dispone de guardaespaldaslarazon

Así lo constata el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco en el auto en el que procesa al ex jefe militar de ETA Mikel Kabikoitz Karrera Sarobe, «Ata»; al ex responsable del «aparato político» Francisco Javier López Peña, «Thierry»; y a los también etarras Ignacio Olascoaga y José Lorenzo Ayestarán, Iurgui Mendinueta e Iraitz Guesalaga, considerado el «informático» de ETA.

Guesalaga fue quien implantó a Cubillas un sistema de encriptación para que se comunicara directamente desde Venezuela con la dirección de la banda. Para todos ellos, ha dictado las correspondientes órdenes de detención internacional e ingreso en prisión a efectos de solicitar su extradición.

En este sentido, Cubillas mantuvo, al menos entre los años 2004 y 2008, un contacto «permanente, securizado y directo con la cabeza de la organización terrorista ETA y los distintos dirigentes de los «comandos» activos de ésta, con quienes ha coordinado y ejecutado tareas directivas de formación e instrucción, mejora de armamentos y técnicas terroristas».

Mucho más allá

El funcionario venezolano, que también está procesado por los delitos de conspiración para cometer homicidios terroristas y tenencia de explosivos, habría aportado «la correspondiente infraestructura que, lejos de ser episódica, trasciende la mera colaboración para conformar un delito de integración en la estructura terrorista ETA como dirigente de la misma en el continente americano desde tierra venezolana». De esta forma, su labor no se limitaba a las cuestiones logísticas o de infraestructura, sino que va mucho más alla.

En el caso de Cubillas, el juez Velasco ya cursó hace un año, el uno de marzo dce 2010, una orden internacional de detención contra el presunto etarra y funcionario de la Administración Chávez que el Gobierno bolivariano ignoró de forma evidente. Pero no fue hasta el 29 de octubre del pasado año cuando el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero recogió el guante de la Fiscalía y solicitaba formalmente a Venezuela la extradición de Cubillas.

El acuse de recibo del régimen de Hugo Chávez a la solicitud tramitada por la Embajada española en Caracas llegó a mediados de noviembre. Se dieron por enterados, pero nunca contestaron a la petición española. Lo cierto es que no existe un plazo determinado para que Chávez emita su respuesta, ni tampoco una fórmula predeterminada, pero los precedentes no juegan en este caso a favor de España.

Aunque desde La Moncloa se asegura que la colaboración policial entre los dos países es «buena», y que continúan las gestiones en diferentes ámbitos para arrancar una respuesta a Caracas, las autoridades bolivarianas siguen ignorando a España. Y el silencio ya dura cuatro meses. Hasta ahora, España sólo había cursado una petición de extradición de un etarra a Venezuela, pero a pesar de cumplir con todos los requisitos y enviar la documentación requerida, el terrorista acabó siendo liberado y la solicitud denegada, tal y como informaron a este periódico fuentes jurídicas.