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El asesino de Olot era el empleado mejor valorado por los jefes a los que mató
La hija de uno de los dos constructores muertos en Olot a manos de Pere Puig ha asegurado en el juicio que el presunto asesino era el empleado mejor valorado por sus jefes.
"Era un trabajador tímido que no decía gran cosa, pero tanto mi padre como mi hermano era del empleado del que hablaban mejor, se preocupaban por él", ha apuntado este martes en su declaración la hija de Joan Tubert, muy afectada, durante el segundo día del juicio oral en la Audiencia de Gerona.
Según han detallado tanto la viuda como la hija de las víctimas, tanto Joan como ngel Tubert mantenía "una relación de amistad"con el acusado, con quien compartían muchas comidas y le tenían muy bien considerado.
Tanto la viuda como la hija han asegurado que no encuentran ninguna explicación a los hechos: "Si estaba mal, ¿por qué no se marchó de la empresa?"se ha preguntado la mujer de Joan Tubert, y es que Puig estuvo trabajando para la familia trece años.
La familia de los asesinados también han asegurado que la empresa, Construcciones Tubert, tenía problemas económicos y que se habían planteado cerrar si no entraban más trabajos. "Si no hubieran salido más cosas, Joan se habría visto obligado a cerrar la empresa, aunque él quería continuar con el negocio", ha manifestado entre sollozos la mujer del constructor muerto, Joan Tubert, durante el segundo día de juicio.
La hija, por su parte, ha insistido en que "no hay explicación", que no la encontró en su momento y que no cree encontrarla porque no tenía ningún motivo para hacerlo.
Testigos en la cuna de L´Anna
Este martes por la mañana, a parte de los familiares de los Tubert, también han declarado los testigos que estaban desayunando con los dos constructores el día de los crímenes, el 15 de diciembre de 2010 en el bar 'La Cuina de l'Anna' de La Canya.
Muchos han relatado que no vieron entrar a Puig, que todo fue "muy rápido"y que reaccionaron al segundo disparo, al ver como ngel Tubert caía al suelo con la mano en el pecho, tapándose la herida; algunos no pudieron ni ver al acusado.
También han afirmado que Joan Tubert siempre se sentaba en el mismo sitio y que desayunaba allí todos los días.
El hombre que se sentaba entre las dos víctimas ha declarado que no vio entrar a Puig, que oyó como un "petardo"y que notó como Joan caía al suelo y que con él arrastraba el mantel y los vasos.
En ese momento, oyó a ngel gritar "qué hace este loco", y cuando se giró para mirarle ya se escurría hacia el suelo con la mano en el pecho. "Vi como apuntaba a ngel, no apuntó a nadie más, fue muy preciso, incluso me saltó a mi, que estaba en el medio", ha expuesto.
El marido de la propietaria del bar también ha detallado que ngel pidió ayuda y otro testigo ha asegurado que Puig, después de disparar, dijo: "Aquí tenéis lo que os merecéis".
Algunos hombres salieron detrás de Puig, pero ya le vieron en el coche, arrancando en dirección a Olot.
El juicio continuará este martes por la tarde con la declaración de los testigos de los dos crímenes de la oficina de la CAM, además de las dos personas a las que Puig afirmó que también quería matar, pero a las cuales no encontró.
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