Viaje al centro de una obsesión

Muy en contra de lo que diría el indigesto Jean Améry: el día a día sí es una categoría histórica, máxime si naces hombre pero te bautizan como mujer, no has tenido noticias del amor y te ves impelido a vivir huyendo como los animales en una tierra pedregosa. Ese fue el marco vital de Teresa Pla Meseguer, Teresot, «el maquis hermafrodita», Florencio, ¿guerrillero antifranquista o militante de su propia vida? Criatura, al cabo, de una España sórdida, cuyo único anhelo íntimo consistió en minimizar los procesos irreversibles. Con estos parámetros, y escorando su ámbito natural –la novela negra–, Alicia Giménez-Bartlett avanza a oscuras, con el candil de dos personajes antagónicos, en el recorrido de este mito de El Maestrazgo. Aunando su oficio de escritora de género con el rastreo periodístico, viaja al centro de una obsesión: La Pastora. Sirviéndose de un psiquiatra de la Sorbona especializado en mentes criminales que viaja a la Barcelona del 56 para indagar sobre el controvertido maquis, y de un cínico periodista a quien contrata para desabrochar esa «omertà» entre las gentes de la comarca para conseguir una entrevista con ella; él. Si la madre literaria de Petra Delicado guardara en su memoria el soniquete infantil –«Viva la Guardia Civil, que ha atrapado a La Pastora, mujer de bajos instintos, fea, mala y pecadora»–, no sería hasta encontrar una biografía escrita por José Calvo cuando acuñó documentación fiable para abordar esta novela basada en aquella que nació Teresa, en Vallibona, y fue detenido como Florencio, en Andorra. Aunque reza la leyenda que cometió 29 asesinatos –ninguno pudo probarse– sin embargo, el mito sigue vivo en la zona fronteriza entre Castellón, Teruel y Tarragona

Pero tiene más esquinas este texto, en tanto que supone un retrato sociológico por el que desfila en un gran plano secuencia la crudeza de la represión, las depuraciones políticas y las secuelas de la contienda fraticida. Por deformación profesional, la ganadora del Nadal ha mantenido el suspense hasta la última página. La acción transcurre en el marco temporal de noventa días, donde se intercalan las peripecias de los protagonistas, con la cronología vital de la propia Pastora, narrando el hiato insalvable entre ella y los demás. Cómo fue vejada cruelmente como mujer y se vengó como hombre del mundo y sus alrededores. Nunca fue más fácil retorcer la frase de Bradbury: «porque la tormenta no fue Franco ni el régimen ni su propia sexualidad.... La verdadera tormenta fueron los otros, con su infinita incomprensión hacia quien es distinto».

Sobre el autor 
Es la madre literaria de la famosísima inspectora Petra Delicado.
Ideal para...
Acercarnos al Maquis, la llamada «guerrilla G».
Un defecto
Quizá existe una dilación excesiva en la consecución del relato.
Una virtud
El retrato sociológico que traza la novelista de aquella época
Puntuación
8