Bolivia

«Los periodistas no vamos a orquestar un golpe contra Morales»

«Lo que se busca en Bolivia es arrinconar a los medios independientes»

«Los periodistas no vamos a orquestar un golpe contra Morales»
«Los periodistas no vamos a orquestar un golpe contra Morales»larazon

Santa Cruz de la sierra (Bolivia)- Tras la polémica Ley contra el Racismo, el Gobierno boliviano ya ha anunciado que está elaborando una Ley de Prensa. La sospechosa sombra de la mordaza informativa sigue planeando sobre los medios de comunicación identificados como «opositores» a Evo Morales. «Es impredecible lo que pueda ocurrir», afirma el director del diario «El Deber» de Santa Cruz, Pedro F. Rivero, mientras conversamos en su despacho. «Pero tenemos casi la certeza de que lo que se busca es, si no arrinconar a los medios independientes, cargarlos de temor, de tensiones». Morales ya ha identificado a los medios como los principales opositores a su gestión, en ausencia de las organizaciones políticas tradicionales. «Ya no hay quien se ponga enfrente y eso configura un panorama poco tranquilizador para nuestra actividad», concluye el veterano periodista.

–¿Es bueno identificar a los medios como oposición?
–No. Los medios no estamos para hacer oposición, sino para fiscalizar el manejo de la cosa pública, para informar. En tiempos de las dictaduras sabíamos cuáles eran las reglas del juego, ahora no sabemos de dónde viene el sopapo.

–¿Qué puede pasar con la nueva Ley de Prensa que se anuncia?
–No sabemos qué habrá en esa suerte de caja de Pandora. Lo que es seguro es que será más específica que esta noble ley contra la discriminación y el racismo, que tiene introducidas como cuñas una serie de guillotinas contra la libertad de expresión.

–Hay quien dice que Morales quiere romper la unidad de los medios presentándolos como un frente político...
–Los mensajes van dirigidos a crear una división entre directores, empresarios y periodistas. Con frecuencia, el presidente hace notar que los malos de la película son los directores o los empresarios y que los periodistas no tienen nada que ver. Es una actitud torpe y una contradicción, porque los medios en Bolivia jugaron un papel fundamental en la recuperación de la democracia.

–¿Ve al presidente soportando las protestas que derribaron a sus antecesores?
–No es impensable. Hay un creciente descontento de sus propias bases del MAS. Es triste que el primer presidente indígena, que marcó un hito en el mundo, esté malogrando una oportunidad histórica de convertir a Bolivia, que tiene mucho potencial, en un mejor país. Esta revolución que él encabeza ha extraviado o está por extraviar el rumbo.

–¿Habrá un cambio de rumbo?
–No hay una mínima señal que dé esperanzas de que el Gobierno pare para pensar hacia dónde vamos. ¿Es que no le dicen nada 800.000 firmas de ciudadanos con el tema de la «ley mordaza»?

–Eso son muchas firmas…
–Está muy cerca de los votos con los que él ganó una elección, que la ganó con 1.700.000 votos. Uno tiene la esperanza de que eso le diga algo al Gobierno. Pero no. Dicen que «estos son derechistas», «desestabilizadores». No sé si son sus colaboradores o el entorno lo que le está afectando.

–Usted ha hecho una huelga de hambre, otros han hecho otro tipo de protestas. ¿Qué más se puede hacer?
–Lo peor sería cruzarse de brazos o meterse debajo de la cama. Esas 800.000 firmas son de gente que cree que hay algo que hacer. Protestaremos, dentro de lo que permite la democracia. No vamos a orquestar un golpe contra Morales, de ninguna manera. Pero si tenemos que sentarnos mañana en medio de la vía pública para llamar la atención de la comunidad internacional, pues lo vamos a hacer. Cinco años son demasiados. Es que hasta el carácter nos ha cambiado a los bolivianos, porque casi todos los días hay una confrontación; si no es con un sector, es con otro.

–Y al final, la Prensa acaba siendo el enemigo, ¿no?
–Aquí el mayor enemigo es la pobreza… y el narcotráfico, que ésa es otra vaina que a nosotros nos quita el sueño. Yo le digo honestamente que a mí, más que el desmadre político, me desvela el problema del narcotráfico.


Terreno abonado para las mafias
«Hablamos de que encuentran muertos por aquí y por allá. Ajustes de cuentas...». Rivero recuerda que unos periodistas mexicanos le dijeron: «Aquí hay terreno abonado para el avance del crimen organizado». Y el avance de los narcos en Bolivia ya se está materializando en zonas como el Chapare. «Y eso son palabras mayores», lamenta, «ojalá que no sean más que simples temores. Pero, más que al desbarajuste político actual, le tengo mucha aprensión a lo que nos pueda suceder si el crimen organizado se asienta en Bolivia».