Un Masters para un maestro

«Pensé que nunca lo iba a conseguir», reconoció David Ferrer. Por eso cuando el sorprendente polaco Janowicz tiró fuera la última bola de la final de París-Berçy, cuando «lo consiguió» (ganó 6-4 y 6-3), el español se lanzó al suelo y se puso las dos manos en la cara. Las alzó al cielo después, apretó los puños, se emocionó, felicitó al rival y se fue corriendo a su palco para saludar a su entrenador, a su «fisio», a su mánager y a su novia. No era una victoria más, era el primer título de Masters 1.000 de su carrera, la demostración de que, como otras veces, el tenista de Jávea estaba equivocado. Llegó a pensar que nunca levantaría un título «1.000» y ayer lo logró. Llegó a decir también, hace años, después de caerse del «top 10», que posiblemente no volvería a él, y es el número cinco del mundo, sólo por detrás de los cuatro intocables (Djokovic, Federer, Murray y Nadal). «Es el mejor momento de mi carrera», piensa ahora, en la treintena, desde la que presume de un físico espectacular, quizá el mejor del circuito, después de firmar un año impresionante.

72 victorias
Nadie ha ganado más partidos que él (72, dos más que Djokovic) en 2012. Además, ha conquistado siete torneos. El Masters 1.000 de París-Berçy sería el final perfecto, pero puede mejorar porque no es el último reto de su exigente curso. Le queda mucho trabajo y muy importante. Desde hoy empieza a disputar el Torneo de Maestros en Londres y la semana que viene tiene la final de la Copa Davis, la única competición que le ha dado «más satisfacciones» (tres veces campeón) que el éxito de ayer. Y todo ello lo hará con un Masters bajo el brazo. Una corona para un maestro. Algo que llevaba demasiado tiempo buscando. Perdió las tres finales anteriores. «Había ganado bastantes títulos y no haber ganado nunca un Masters 1.000 me daba pena. Ya me he quitado ese peso de encima», aseguró.

Pese a ser un jugador veterano, David Ferrer nunca ha dejado de reinventarse. Unas modificaciones en el saque, más agresividad cuando se quedan bolas cortas... En París fueron baja Federer y Nadal, y Djokovic y Murray cayeron pronto. Era su gran oportunidad y no la desaprovechó. El polaco Janowicz, procedente de la previa y que había dejado fuera a jugadores como Murray, Cilic o Tipsarevic, era el último obstáculo entre David y el título. Su saque es demoledor, pero ayer contrarrestó sus once «aces» con seis dobles faltas, obligado a forzar por los restos de Ferrer, que llegó a responder servicios a más de 230 kilómetros por hora. El español, que cometió muy pocos errores, como siempre, superó un mal momento en el segundo set (2-1, con «break») y a partir de ahí se lanzó a por la victoria.

Londres: en el mismo grupo que Federer
David Ferrer apenas tendrá tiempo de celebrar el título. De París ha viajado a Londres para disputar la Copa Masters, que mide a los ocho mejores del mundo. Nadal es baja. En el sorteo, a Ferrer le tocó el Grupo B, con Federer, Tipsarevic y Del Potro, contra el que debutará (mañana, 20:45). En el Grupo A, que se estrena hoy, están Djokovic, Murray, Berdych y Tsonga. «Ferru» no será el único español «maestro». En el torneo de dobles participan Marcel Granollers y Marc López, que hoy (18:00) juegan su primer partido contra le mejor pareja del mundo: los hermanos Bryan.