Historia

Ecuador

«Practicar deporte triplica el riesgo de muerte súbita»

A vuela plumaFroilán Hidalgo es un cirujano pediátrico salmantino que ha escrito «Urgencias vitales en el deporte», un libro con el que pretende enseñarnos a todos a salvar vidas. El dinero que se consiga con su venta se destinará a Mundi, una Fundación que se dedica a operar niños del Tercer Mundo. Los libros pueden encontrarse en las oficinas de viajes Halcón, viajes Ecuador y Globalia artes gráficas.

La Razón
La RazónLa Razón

-La portada del libro es la foto de Iniesta celebrando el gol del mundial y enseñando la camiseta interior con el nombre de Dani Jarque. ¿Por qué?
-Porque refleja muy bien lo que queremos transmitir, la idea del deporte y la muerte súbita.
-Antonio Puerta, el camerunés Foe, el propio Jarque… ¿Cómo es posible que un deportista que está en vigilancia médica constante pueda fallecer sin causa aparente?
-En la muerte súbita siempre hay una patología de base que en el 90 por ciento de los casos es cardíaca; también hay otras causas como es asma bronquial, una rotura de un aneurisma cerebral, un golpe de calor… son causas que ya estaban ahí y que no son fáciles de detectar. Y ¿por qué le ocurre a los deportistas de élite?, porque durante la práctica deportiva ocurren una serie de modificaciones fisiológicas que pueden actuar como desencadenantes de esas patologías. No olvidemos que la práctica deportiva multiplica por tres los riesgos de sufrir una muerte súbita.
-¿Yo que no soy médico puedo entender el libro?
-Perfectamente. De hecho, está destinado a personas que no tienen conocimientos médicos. Sólo he querido describir de una manera muy sencilla las maniobras que tenemos que hacer ante una urgencia vital, que son sencillas pero pueden salvar una vida.
-Los beneficios de este libro van destinados a la Fundación Cirujanos Plastikos Mundi. ¿Por qué?
-Esta Fundación es muy joven, se creó en el año 2000 y ya entonces entré a formar parte como vocal de cirugía pediátrica de la misma. Es pequeña, pero con muchísima ilusión y estamos haciendo un número importante de proyectos en países del tercer mundo.
-Y usted se va todos los veranos a operar a esos países. ¿Qué se encuentra allí?
-Una gran realización personal, paz interior y unos niños, –yo fundamentalmente voy a operar niños–, que recuerdo con gran nostalgia. Recuerdo su simpatía, su pureza y su mirada. Cuando te miran a los ojos te tocan el alma. Sin duda te dan mucho más de lo que tú les das a ellos. Como dice mi amigo Javier: «Cada vez que me voy algo de mí se queda en esa tierra roja; cada vez que vuelvo parece que nunca me he marchado, y cuando aún no me he ido y ya tengo ganas de volver».
-El prólogo del libro lo escribe Vicente del Bosque que fue compañero suyo.
-Estudiamos juntos en el Instituto Fray Luis de León de Salamanca y, desde entonces, mantenemos una gran amistad. Siento un gran orgullo por ser su amigo.
-¿También jugaba al fútbol?
-Sí, pero el bueno era él. El resto éramos del montón.