Barcelona

Las plantas utilizan su «reloj biológico» para adaptarse al cambio climático

Las plantas, como los humanos, poseen un "reloj biológico"interno que les permite adaptarse a los cambios de luz o de temperatura de su entorno, un mecanismo que les sirve para amoldarse al cambio climático y cuyo estudio es útil en la mejora de cultivos agrícolas o en la investigación de aplicaciones biomédicas.

Medio centenar de expertos internacionales en el estudio del reloj biológico o "circadiano"y su influencia en los cambios de la biología vegetal han participado en unas jornadas en Barcelona en las que han examinado la interconexión entre la luz y este reloj interno de las plantas en su adaptación al calentamiento global y en la búsqueda de soluciones para mejorar las cosechas.

La bióloga Paloma Más, directora científica de las jornadas, ha explicado a Efe que estos investigadores estudian la percepción por parte de las plantas de los cambios de luz y temperatura, y de cómo integran esta información utilizando un mecanismo que poseen casi todos los seres vivos, el "reloj circadiano", para regular una serie de procesos que dependen de las condiciones medioambientales.

El reloj "circadiano"-que significa 'alrededor de un día'- es un mecanismo presente en las células que genera ritmos biológicos en función de las condiciones externas, como los períodos día/noche, y que permite a los seres vivos amoldarse a los cambios de estas condiciones, aunque durante la fase de adaptación se puede sufrir algún trastorno, como el 'jet-lag' de los humanos tras los vuelos transoceánicos.

Paloma Mas indica que este reloj, capaz de organizar la fisiología y el metabolismo acorde con los horarios habituales, "es flexible, y cuando empieza a percibir cambios de luz durante dos o tres días, estas señales luminosas le hacen reaccionar y adaptarse al nuevo ambiente".

Entre los descubrimientos relevantes sobre el papel de este reloj es que "tiene importancia en el control de la respuesta de la planta a condiciones de sequía"y de aumentos de temperatura, y así, indica la doctora Mas, han estudiado "los mecanismos que están involucrados en el momento de alerta y de respuesta de la planta cuando aprieta el calor".

Naturalmente, "la planta tiene ciertos límites porque está adaptada a determinadas condiciones, y si las condiciones se vuelven muy extremas, acaba por morir".

Paloma Más, profesora del Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) de Barcelona, destaca que una de las propiedades interesantes del reloj biológico es que su periodicidad no se ve alterada por aumentos de temperatura exteriores, como en otras reacciones bioquímicas, pues "si midiera el tiempo de forma más rápida a altas temperaturas que a bajas temperaturas, no sería un reloj muy fiable para los organismos".