Grecia
Dos meses de «impasse» con los mercados al acecho de España
Zapatero no descarta nuevas medidas «si fueran necesarias»
MADRID- En el actual escenario europeo de inestabilidad financiera la gran incógnita a despejar en los próximos días es el comportamiento que tomarán los mercados en España durante estos dos meses de «impasse» hasta las elecciones generales del próximo 20 de noviembre. Es decir, si volverán a cebarse con nuestro país, al calor de este compás de espera hasta que las urnas decidan el cambio del Ejecutivo.
De momento, la prima de riesgo española, el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo, bajó ayer al cierre del mercado hasta los 330 puntos básicos, después de que el Fondo Monetario Internacional considerara la acción conjunta «crucial» para aplacar la incertidumbre financiera, que azota a la UE. Tras el respiro dado por el FMI, se verá cómo responden los mercados. Si acechan a la economía española, el Gabinete de Zapatero se verá forzado a responder para alejar el fantasma de la intervención.
Por eso José Luis Rodríguez Zapatero advirtió ayer de que en estos dos meses que restan para las elecciones generales del próximo 20 de noviembre adoptará medidas adicionales, «si fueran necesarias», para mantener a España a salvo de los mercados. «Sin duda, si fuese necesario, lo haría». Así de tajante se mostró durante la escueta declaración institucional con la que anunció la convocatoria oficial de la cita con las urnas.
El presidente del Ejecutivo recordó que en estos dos meses el Gobierno «está en plenitud de sus funciones» y que, por ende, seguirá desarrollando las medidas adoptadas tendentes a reducir el déficif público hasta el 6% del PIB en este ejercicio. No obstante, consideró que no serán necesario medidas extras. Por eso dijo no tener previsto antes de las generales ninguna reforma económica «significativa», ya que la credibilidad de España en los mercados internacionales «ha ido fortaleciéndose». Acto seguido, sacó pecho por las ya aprobadas, de las que espera vayan dando sus frutos. Y es que Zapatero prefiere dejar las reformas futuras al nuevo presidente del Gobierno que salga de las urnas el 20-N, que, según todos los sondeos, será Mariano Rajoy. De hecho, la primera decisión que deberá adoptar el nuevo Ejecutivo es si prolonga en 2012 la congelación de las retribuciones de los pensionistas y de los funcionarios. Medida que el actual Gobierno ha preferido dejar en el alero del tejado del siguiente.
Pese a ello, el presidente reconoció que «todos tenemos que realizar esfuerzos». En este punto, reiteró las dificultades por las que atraviesa Grecia. «Sabemos que tenemos un contexto europeo de dificultad por la incertidumbre en torno a Grecia», admitió.
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