Barcelona
El Barça se lía en casa
El fútbol muchas veces no tiene lógica. Una gran primera parte del Barcelona, con ocasiones, buen juego, entradas por ambas bandas, con la magia de Messi o la clase de Iniesta, dejó como resultado un empate a uno. El Mallorca tiró por primera vez a la portería de Víctor Valdés en el minuto 42
El meta mandó a corner el disparo de Castro. Y el córner lo cabeceó Nsue a la portería tras un fallo de marcaje. Sólo con eso, el equipo de Laudrup ya había recorrido el mismo camino que el Barcelona: un gol. Porque hasta ese momento el Mallorca no lo tenía claro. No salió a encerrarse, por lo que dejaba huecos atrás; y tampoco mordió en la salida del balón, lo que permitía a los azulgrana una circulación fluida. Abidal se cansó de entrar por banda y todos sus centros se quedaban a centímetros del remate. Messi desequilibraba, Iniesta hacía a la perfección de Xavi y todo parecía perfecto. La combinación ideal terminó por llegar. Alves a Pedro, éste de tacón a Messi y el argentino, con suavidad, puso el balón pegado al poste. Llegaron más ocasiones y con ellas la falta de acierto. Al final, el Barcelona echó más de menos a Villa que a Xavi. Tuvo juego, pero no gol, y no supo encajar el empate de Nsue.
Tan incomprensible es que el partido llegara igualado al descanso como la transformación que tuvieron ambos equipos después. El Mallorca aclaró sus ideas y empezó a meter miedo. Robaba el balón y salía rápido, y aprovechaba alguna imprecisión de Piqué y Mascherano para probar a Valdés. Cada córner que sacaban los insulares era un susto e Nsue tuvo la oportunidad de marcar el segundo. El Barça tenía tanto peligro arriba como problemas en defensa. Dejó de ser un equipo equilibrado y perdió el control.
El monólogo se convirtió en un encuentro abierto. En el Barcelona tomaron protagonismo los jugadores que menos deben tenerlo. Messi e Iniesta comenzaron a desaparecer para que Mascherano se convirtiera en una figura imprescindible para cortar balones y contragolpes. La banda derecha era una autopista tan grande como improductiva. Alves se cansó de entrar por ella sin oposición, pero no centraba bien o sus centros no encontraban rematador. Quizá todo fue premeditado. El Hércules tomó el Camp Nou dejando al Barça entrar por las bandas y tapándole el centro porque juega sin delantero nato. El Mallorca también obtuvo premio en el estadio azulgrana, que se está convirtiendo en el principal problema del equipo. Fuera de casa, en El Sardinero, el Calderón y San Mamés, ha dado tres exhibiciones. Pero ante su público se ha liado: derrota ante el Hércules, mal partido con triunfo ante el Sporting y empate ayer frente al Mallorca.
El recurso de la cantera
Guardiola buscó soluciones al cambio que había dado el partido y tuvo que recurrir a la cantera. Así será todo el año, así ha sido la planificación. Un riesgo, ya se verá si demasiado caro. Todos los jugadores ofensivos que había en el banquillo eran del filial o provienen de él. Primero Thiago, después Nolito, el goleador del Barça B, y finalmente Jeffren.
El Barça no dejó de tener sus oportunidades porque le sobra calidad, pero el encuentro nunca se desarrolló como le gusta, nunca lo tuvo bajo su mando y lo mismo pudo ganar que perder. Bojan estrelló en el poste la ocasión más clara. Le está costando mucho jugar como al final del año pasado. Aunque más le está costando al Barça marcar goles.
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