España

Perezosa Pajín por Sergio ALONSO

Perezosa Pajín, por Sergio ALONSO
Perezosa Pajín, por Sergio ALONSOlarazon

Leire Pajín anuncia ahora que en abril llegarán los primeros medicamentos en unidosis a las farmacias españolas. Enhorabuena. Su Ministerio pondrá en marcha este supuesto proyecto de ahorro «sólo» cuatro meses después del plazo que él mismo fijó –el mes de enero– para su ejecución.


Lo de «sólo» no está escrito con sorna ni con ironía alguna. Si volvemos la vista atrás, comprobaremos que los incumplimientos son una constante en la historia reciente de Sanidad, y el retraso a la hora de poner en marcha la mayor parte de las medidas que anuncia a los medios este departamento suele dilatarse durante plazos que superan largamente el año. El ejemplo más llamativo es el famoso acuerdo del 18 de marzo de 2010 en el Consejo Interterritorial de Salud con las autonomías para garantizar la sostenibilidad de la Sanidad en España. Once meses después de que aquello sucediera, apenas se han desplegado iniciativas de ahorro allí contempladas. A estas alturas, no hay central de compras estatal. Como tampoco calendario vacunal único o receta electrónica unificada en todo el territorio español. Por no haber, tampoco hay una política farmacéutica común. De hecho, tras las iniciativas gallega, andaluza, vasca, extremeña y castellano-manchega, la política farmacéutica es la menos común de las políticas en España, por culpa de la pasividad del Ministerio.


Nada se sabe tampoco de las retribuciones comunes de los sanitarios, ni de la criba a la hora de incorporar la tecnología al sistema. La única criba es la que sufren las empresas a la hora de cobrar sus productos, con meses y meses de retraso. Mientras Sanidad incumple e incumple sus promesas, las arcas de las autonomías de desangran, y en septiembre no tendrán dinero ni para pagar las nóminas. Que el Ministerio tarde sólo cuatro meses en aplicar el chocolate del loro de la unidosis es, pues, una buena noticia. Significa, al menos, que se despereza, mientras las comunidades le bombardean con medidas reales de ahorro.