Estados Unidos
Más premios y menos primas
Las primas que hoy podrían ganar los integrantes de la selección española si se imponen en la final equivalen, individuo por individuo, a la mitad de lo que ingresa, por ejemplo, Rafa Nadal por levantar la Copa de los Mosqueteros en Ronald Garros.
Nadie discute al tenista sus premios, pero a los internacionales de Vicente del Bosque les han llovido chuzos de punta por acordar unas primas que ni siquiera va a pagar la Federación Española de Fútbol. Contra la de- magogia, templanza y ejemplos indiscutibles. Los han crujido por apalabrar unas primas de 600.000 euros por cabeza si ganasen el Mundial. Son futbolistas. Con ellos nace y muere la «ley Beckham», que cobija a no pocos privilegiados de otras ramas empresariales y del arte; a ellos se les exigen gestos en tiempos de crisis, cuando son profesionales que suelen generar el dinero que en ellos se invierte. Otra cosa es que los gestores de los clubes de fútbol sean unos manirrotos, que gastan más que ingresan y que lloran a la Administración en cuanto ven las orejas al lobo que ellos espabilan. La Federación acordó con los capitanes que desembolsaría 15 millones de euros si el Mundial se quedaba en España. En el reparto, cada uno de los 23 internacionales percibiría alrededor de 600.000 euros. El montante ni siquiera lo abonaría la Federación, primero, porque aseguró en tres millones las primas, luego será la compañía de seguros la que efectúe el desembolso, y segundo, porque la FIFA gratificará al equipo campeón con 23 millones de euros. Con el triunfo final ganan la Federación y los jugadores. El negocio es redondo y no corre a cuenta del, por otra parte, sufrido contribuyente español. Todas las comparaciones son odiosas, pero sirva de parangón, en descargo de estos futbolistas que, en bastantes casos, donarán una parte del premio a obras de caridad, lo que se reparte en el tenis. Fernando Verdasco ha ganado este año dos torneos, San José y el Godó. Fue premiado con 287.000 euros en cada uno de ellos. Los Masters 1.000, como el de Madrid, Roma o Montecarlo, que se adjudicó Nadal, premian al vencedor con 585.000 euros, y la mitad para el finalista. Y los torneos del «Grand Slam» (Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y Abierto de Estados Unidos) doblan la cantidad, todos ellos están en torno al 1.100.000 euros. Siempre habrá ricos y pobres, y parados, desgraciadamente; pero no resulta tan ofensivo que Casillas y cada uno de sus compañeros ganen de premio en un Mundial de fútbol lo que Rafa Nadal en la Caja Mágica.
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