Irán redobla su órdago

Alegando que todo es parte de un «programa nuclear pacífico» y desafiando al mismo tiempo a Occidente en general y Estados Unidos en particular, Irán avanza otro paso en su proceso de desarrollo atómico y pasa a enriquecer uranio también bajo tierra. El periódico «Kayhan» considerado de línea dura y de hecho representante del régimen iraní, escribió que se ha comenzado a enriquecer uranio en centrífugas sofisticadas en la localidad de Fordow, cerca de la ciudad sagrada de Qom. La importancia de la fuente radica en el hecho de que el director del rotativo es el representante del líder supremo de Irán, el Ayatolá Ali Jamenei. Por su parte, el jefe del programa nuclear iraní, Fereidun Abasi, dijo que Irán comenzará «pronto» a enriquecer uranio en Fordo, lo cual contradice en cierta medida el informe de «Kahyan», que ya da por concretado ese paso, pero no en cuanto a la decisión misma de pasar a trabajar, al parecer, dentro de una montaña.

Cabe recordar que la principal planta enriquecedora de uranio de Irán funciona en Natanz y es conocida desde hace mucho. También ésta tiene una parte bajo tierra. Pero Fordo, cuya existencia logró durante mucho tiempo mantenerse en secreto, tiene la particularidad de haber sido construida enteramente en la profundidad de una montaña, como evidente precaución ante posibles ataques aéreos. El enriquecimiento de uranio es la primera etapa, clave, en el proceso que conduce al poderío nuclear. Sin embargo, las acusaciones contra Irán al respecto se basan en el hecho de que ya ha enriquecido uranio a un nivel muy superior al necesario para generar electricidad o para investigación científica. El enriquecimiento a un porcentaje alto, sumado a otros elementos en su complejo mosaico nuclear, son una prueba –según diversos expertos en Estados Unidos, Israel y Europa y según la propia Organización Internacional de Energía Atómica– de que Irán busca algo más: armas nucleares.

No sólo presiones económicas
La percepción de dicho objetivo iraní como una seria amenaza no deriva sólo del poderío nuclear mismo que eventualmente tendría, sino de la combinación entre la fuerza que ello le daría y la naturaleza del régimen fundamentalista que gobierna Irán. No pocos expertos estiman que el principal peligro no sería necesariamente sólo que Irán «apriete el botón» de la bomba atómica, sino que se maneje como patrón del mundo, imponiendo su agenda, sabiendo que otros tienen que temerle como potencia nuclear. Y la gran pregunta pendiente es cómo lidiar mejor con esta amenaza. Incluso Estados Unidos e Israel, que dejan claro que la opción militar no puede ser descartada diciendo que «todo debe estar sobre la mesa», preferirían poder frenar el plan iraní sólo mediante presiones económicas, como las sanciones intensificadas por ley en el Congreso norteamericano y por la incorporación de la Unión Europea a las mismas. El secretario de Defensa norteamericano, Leon Panetta, declaró que «una continua presión, en lugar de amenazas de ataques aéreos, es la mejor forma de frenar a Irán en su deseo de desarrollar armas nucleares».

De fondo está la amenaza general de Irán y a corto plazo, la creciente tensión en el Golfo Pérsico. Tras retirarse el portaaviones norteamericano «Nimitz» de la zona, durante los ejercicios navales iraníes en el estrecho de Ormuz, Irán advirtió de que EE UU no debe volver al Golfo Pérsico, agregando que, si lo desea, Teherán es capaz de frenar el flujo de petróleo por el mismo. Washington respondió que lo puede volver a abrir sin problemas y advirtió de que no permitirá «atentar contra la estabilidad de la navegación en la zona». Otro mensaje clave al respecto –pero que va más allá del tema puntual del estrecho de Ormuz y el paso del petróleo por esta vía fluvial– lo transmiten conjuntamente Israel y Estados Unidos, en su intención de realizar próximamente el mayor ejercicio conjunto de su historia. Si bien aclaran que se trata de maniobras «de rutina», claro está –y no sólo por su envergadura, mayor que en ejercicios anteriores– que las nuevas maniobras conjuntas tienen mucho que ver con los designios de Irán. No con alguno de los últimos pasos dados por Teherán, sino con su política en general de desarrollo nuclear.

Una planta oculta hasta hace dos años
El régimen de Ahmadineyad ha intentado esconder sus planes y las armas con las que contaba, pero al final se van conociendo sus planes. La Organización de la Energía Atómica ya determinó en su último informe de noviembre pasado que Irán perseguía la bomba atómica.

Comienza la gira por Latinoamérica
Ahmadineyad inició su gira por Iberoamérica justo en Venezuela, donde será recibido hoy por Chávez. El encuentro era esperado en la Faja Petrolífera del Orinoco, al este, donde el Gobierno chavista ha entregado la exploración de una de las mayores reservas de crudo del mundo, a países como India, Rusia, Brasil y por supuesto Irán con el que ha firmado otros convenios para la construcción de viviendas, ensambladoras de coches e incluso una cementera que es señalada por EE UU por ser una tapadera para la búsqueda de uranio en suelo venezolano. Ahmadineyad llegó en plena tensión en el Golfo Pérsico y justo cuando Chávez retomó su programa «Aló presidente» después de siete meses. La visita fue muy criticada, ya que se trata de un régimen cuestionado por su actuación, opresión y violación. Informa desde Monagas, Venezuela, Ronny S. Rodríguez.