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El jeque

La Razón
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El Club Deportivo Málaga, de Marcel Domingo en el banquillo y Sebastián Viberti como jefe en el centro del campo, pasó a mejor vida. En la capital malacitana se quedaron sin equipo de Primera a causa de la mala administración. Un caso más. Ahora viven la euforia de los petrodólares con el jeque Al Thani procurando un equipo que alcance a competir en Europa, sueño que ha llenado de gozo a los aficionados. Adquieren sus abonos como si ya contaran con una plantilla de campeones.
Manuel Pellegrini llegó al Málaga más cerca de la Segunda que del mantenimiento. Con fichajes salvadores el club respiró. La siguiente operación, con el jeque ilusionado e ilusionante, ha sido contratar a jugadores con notable historial y la mirada puesta en los primeros lugares de la Liga.
Nunca los equipos se han hecho con el único argumento del dinero. En España hemos conocido más de un proyecto fallido, pese a la inversión realizada. En Inglaterra, donde han anidado dueños de grandes multinacionales, no todos han logrado su objetivo. El Chelsea no ha sido invencible y el Manchester City tampoco ha llegado a la cima. En Málaga se puede dar el caso de que haya decepción y el jeque acabe poniendo pies en pared. Hay proyectos sobre los que se deben depositar dudas. Los grandes equipos se logran con paciencia.
Posdata. La economía actual genera desconfianza. Nadie quiere vender a plazos.