44 muertos en un motín en México

La historia se repite una y otra vez en las prisiones de Iberoamérica. La violencia que se vive en las calles se traslada a las cárceles, convertidas en mataderos y escuelas del crimen. El último episodio sangriento del este drama carcelario, sucedió en México donde al menos 44 presos murieron en un motín.

Y todo a tan solo días de la tragedia vivida en una cárcel del país vecino, Honduras, donde 358 reos murieron por causa de un incendio. Aunque las autoridades mexicanas no tomaron nota si lo hicieron los reos del penal de Apodaca, Nuevo León, que desesperados decidieron amotinarse para exigir mejores condiciones. La protesta derivó en un enfrentamiento sangriento entre diferentes bandas.

El portavoz de Seguridad Pública de Nuevo León, Jorge Domene Zambrano, indicó por vía telefónica a LA RAZÓN que los disturbios comenzaron alrededor de las 3 de la mañana. «Todo hace pensar que se gestó un complot por parte de internos consentido por los celadores que permitió el enfrentamiento entre reos de los ambulatorios E y D, donde se ubican reclusos de baja y mediana peligrosidad», asegura.

Éste es el segundo que se registra en los últimos meses en México, ya que el 13 de octubre siete internos murieron y tres más quedaron heridos tras una riña entre bandas rivales en el Penal de Cadereyta.

Después de forzar los accesos, los internos iniciaron un incendio en el interior del centro, al quemar algunas de sus pertenencias, como colchones. Mientras el funcionario hablaba, podían observarse columnas de humo salir de la cárcel. Afuera, militares rodean el penal para que no haya fugas. También en la entrada, familiares esperan que las autoridades confirmen las identidades de los fallecidos. El incendio, al igual que ocurrió en Honduras, podría convertir el penal en un infierno sin salida.