Atenas

Grecia se agarra a su drástico plan de ajuste para evitar la bancarrota

El número 23 de la avenida Stadiou de Atenas se ha convertido en un santuario para los griegos. Simboliza los esfuerzos que el país deberá hacer para escapar del abismo económico al que le han llevado años de mal gobierno y de corrupción.

El parlamento griego, en su pleno de hoy
El parlamento griego, en su pleno de hoylarazon

Las flores, velas y mensajes de condolencia marcan el lugar donde el miércoles murieron asfixiadas dos mujeres, una de ellas embarazada, y un hombre que trabajaban en una sucursal bancaria atacada por radicales con cócteles molotov. ManifestaciónFrente a la ya célebre oficina del Marfin Egnatia Bank volvió a pasar ayer una nueva manifestación contra el severo plan de ajuste diseñado por el Gobierno heleno. Después de guardar un espeluznante minuto de silencio, las miles de personas congregadas dedicaron un aplauso cerrado a las víctimas. Algunos familiares ancianos de los fallecidos se encontraban en ese momento frente a la puerta del banco donde murieron sus allegados, por lo que no pudieron contener la emoción y rompieron en una cascada de llantos y lamentos. La manifestación concluyó en la céntrica plaza Syntagma, donde tiene su sede en el Parlamento. Mientras los ciudadanos gritaban en la calle contra los políticos, dentro de la Cámara, los diputados votaban el duro paquete de medidas de ahorro presentado por el Gobierno para ahorrar 30.000 millones en tres años y que contempla ajustes tan drásticos como la subida del IVA, de un 10% de los impuestos especiales o recortes salariales y de pensiones. El plan, como se esperaba, resultó aprobado gracias a la cómoda mayoría de los socialistas del Pasok. Nueva Democracia, la formación que gobernaba hasta hace unos meses y que los economistas consideran responsable principal de la crisis, votó en contra. Su posición demuestra populismo, irresponsabilidad y ausencia de sentido de Estado. Pese al profundo malestar popular y al empobrecimiento general que dejan las reformas, se trata de la única opción que le quedaba a Grecia para evitar la bancarrota. El jefe de Gobierno, Yorgos Papandréu, tiene ahora por delante tres años para mostrar que es capaz de cambiar su país. Si tiene éxito se ganará el ascenso de político a estadista y la admiración tanto dentro como fuera de Grecia. Si no lo tiene, se convertirá en el último demonio de la historia política griega.

Exarquia, el reino anarquista Aunque la manifestación de ayer fue más pacífica que la del miércoles, la tensión sigue en las calles de Atenas. El barrio más caliente es Exarquia, el corazón rojo de la capital, donde fueron detenidos varios anarquistas por su supuesta participación en el ataque al banco donde murieron tres personas el miércoles. En la calle Mesalongi, donde un joven murió en 2008 por un disparo de un policía, los antisistema no permiten pasar a los periodistas y amenazan con destrozar cualquier cámara que ose fotografiar su reino.