Medidas económicas
Un duro golpe de timón por Carmen Gurruchaga
El presidente Rajoy decidió liderar ayer las duras reformas que dio a conocer en su comparecencia del Congreso, en lugar de mandarlas al Consejo de Ministros del próximo viernes para que las anunciaran los ministros de turno. El papel no era fácil pues debía contradecirse a sí mismo y reconocer que en los seis meses que lleva dirigiendo los destinos de este país la situación económica que recibió, llena de agujeros por todas partes, no ha mejorado sino todo lo contrario. En su primera intervención se limitó a relatar linealmente las duras decisiones adoptadas, pero en la réplica, Rajoy se vino arriba porque debió sentirse molesto al escuchar que quienes han estado cinco años sin enderezar el rumbo del país o quienes nunca han tenido responsabilidad de gobernar trataran de enmendarle la plana. Porque prácticamente todo el arco parlamentario está de acuerdo en que resulta imprescindible conseguir recortar 65.000 millones de euros para cumplir con el compromiso de déficit. Y sin embargo, aparte de decir que los recortes son injustos, en lo que pueden tener razón, no ofrecen una propuesta alternativa. Pues está claro que si el Gobierno de Zapatero, en el que Rubalcaba era vicepresidente, hubiera hecho los deberes, ahora no habría que llevar a cabo unos ajustes que obligatoriamente tienen que ser muy duros porque llegan tarde. Y es verdad que a los seis meses ha dado un giro al volante para enderezar la situación, pero otros no lo hicieron nunca. Rajoy ha asumido que negó una subida de impuestos y que lo ha hecho. Es más, aseguró que hará todo lo que crea necesario para que España funcione porque las circunstancias han cambiado. También reconoció que el tijeretazo anunciado ayer era inevitable para que el país recibiera el préstamo necesario para seguir adelante.
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