Sevilla
El PSOE rescata el discurso de la «pinza» para recuperar al electorado de izquierdas
IU sólo ha apoyado con su voto a nueve alcaldes del PP sobre un total de 771 ayuntamientos
SEVILLA- «No es posible la mezcla política entre IU y el PP». La frase es de Diego Valderas, pero no es actual, sino que la pronunció en mayo de 2008, cuando la coalición de izquierdas dio por finalizada la colaboración con los populares en los ayuntamientos sevillanos de La Algaba y Camas. Sobre los pactos con el PP que había vigentes en otras provincias el coordinador general de IULV-CA fue tajante: «Es prehistoria», pronosticó.
Tres años después, los vaticinios de Valderas no se han cumplido. Desde el pasado sábado, 9 de los 771 ayuntamientos andaluces tienen un alcalde del PP que ha contado con los votos de IU en su investidura: Almonte (Huelva), Mairena del Alcor y Herrera (Sevilla), Gérgal (Almería), Colmenar (Málaga), Encinas Reales y Valenzuela (Córdoba), Deifontes (Granada) y Alcalá de los Gazules en la provincia de Cádiz.
A esta lista hay que sumar otros 8 alcaldes populares que gobernarán con mayoría simple gracias a que los izquierdistas renunciaron a votar al PSOE: Minas de Río Tinto y Gibraleón (Huelva), Montilla (Córdoba), Carratraca (Málaga), Pegalajar y Torredonjimeno (Jaén), Vélez de Benaudalla (Granada) y Jimena de la Frontera (Cádiz).
Pese a todo, los datos no son sorprendentes, más allá de los significativos casos de Alcalá de los Gazules o Almonte, dos municipios simbólicos del socialismo. En las elecciones de 2007, según datos de IU, hubo hasta 25 casos en los que los ediles de la coalición no respetaron la disciplina de partido impuesta. El PSOE entonces no se mostró tan molesto.
Los socialistas quieren dejar patente su disconformidad en lo que parece un movimiento estratégico de cara a las próximas elecciones generales y autonómicas. El descontento de la izquierda, que acusa al PSOE de traicionar sus principios y plegarse al «interés del mercado», ha calado en parte de su electorado, que ha buscado otras alternativas. Ése es el análisis que hacen dentro del Partido Socialista. La actitud de IU le sirve ahora para reivindicarse como la «verdadera izquierda», como ayer mismo se encargó de transmitir la secretaria de Organización y «número dos» de los socialistas andaluces, Susana Díaz: «Cuando esos ciudadanos ejercieron su voto pensaban que lo hacían a una fuerza de izquierdas que iba a trabajar por gobiernos estables y de izquierda», dijo. La siguiente alusión fue una advertencia al partido que coordina Valderas: «Debería recordar y aprender de lo que pasó en 1994 y la factura que le pasaron los andaluces», apuntó.
Díaz se refería al bienio 1994-96 en el que Luis Carlos Rejón (IU) y Javier Arenas (PP) ejercieron una dura oposición contra el Gobierno de Manuel Chaves, que convocó elecciones anticipadas y siguió gobernando. Desde entonces, la «amenaza» de reeditar la «pinza» ha sido un argumento electoral habitual del PSOE. El hoy vicepresidente tercero del Gobierno lo utilizó en la campaña de las elecciones autonómicas de 2008. Es algo así como «el miedo a la derecha», que siempre aparece cuando las expectativas en las urnas no son buenas.
Por su parte, la amenaza de Valderas de promover mociones de censura en los ayuntamientos gobernados por el PP y apoyados por ediles de su formación, es un contraataque al PSOE, más que una preocupación efectiva de que alcaldes populares gobiernen en localidades que no han conocido otro alcalde que no sea socialista. El coordinador regional de IU pugna por su espacio con la esperanza de que el PP no consiga la mayoría absoluta en Andalucía: sólo así se le abrirán las puertas de la Junta.
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