El PP condicionará cualquier pacto a recuperar las corridas de toros

La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camachó, acudió ayer a La Monumental acompañada por el diputado Rafael Luna para defender la Fiesta, y también estuvo por primera vez en el tendido el presidente de C's, Albert Rivera. La candidata popular a la Generalitat aprovechó el marco para anunciar que condicionará cualquier pacto postelectoral a recuperar las corridas de toros en Cataluña. Si el PP es decisivo, propondrá revocar la prohibición, de la que Sánchez-Camacho culpó al president Montilla y a CiU, ya que apostaron por dar libertad de voto.

Derecho a la cultura
Los populares han hecho bandera contra la prohibición de los toros y ya el día después de aquel 29 de julio en que las corridas de toros quedaron sentenciadas a muerte en el Parlament, registraron una iniciativa para que el Congreso saque adelante una ley que derogue la prohibición de la Fiesta en Cataluña. En esta proposición de ley, instaron al Gobierno a poner en marcha «los instrumentos de protección necesarios» para defender «el interés turístico y cultural» de la Fiesta. Se ampararon en varios artículos de la Constitución y también en la Ley 10/1991 sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos, que hacen referencia básicamente al «derecho» de los españoles a tener acceso a un espectáculo que forma parte de nuestro patrimonio cultural.

Ahora, el PP da un paso más y condiciona los posibles pactos postelectorales a salvar las corridas de toros. Pero no es el único condicionante que pondrá Sánchez-Camacho, ya que la formación considera que hay un buen puñado de leyes aprobadas por el tripartito que coartan la «libertad» del ciudadano y, en la mayoría de los casos, sobrepasan la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, argumentan desde el partido. Se trata de las leyes de Código de Consumo, Educación, Cine y Acogida de los inmigrantes, que castigan el uso del castellano en Cataluña.

El PP ha descartado llevar al Tribunal Constitucional la abolición de los toros y apuesta por la vía del Congreso y su papel en el Parlament tras los comicios del próximo 28 de noviembre. Se abre una puerta para recuperar los toros, aunque no es un objetivo fácil. Primero, porque 32 de sus 48 diputados, entre ellos el propio presidente de la formación, votaron a favor del veto; segundo, porque, por el momento, Artur Mas no quiere ni oír hablar de pactos y, si bien ninguna encuesta le da la mayoría absoluta, sí logra una amplia ventaja sobre el tripartito (ayer mismo «El País» publicó una encuesta que otorgaba 61 escaños a la federación nacionalista, 49 a la suma del tripartito y un ascenso al PP hasta los 17 diputados).