Nueva York
Gatsby a ritmo de jazz
«Normas de cortesía»Amor TowlesSalamandra416 páginas, 20 euros.
Una novela cuyo título alude a las reglas del buen comportamiento de Georges Washington no tiene otro destino que el de ser leída. Y si a eso, además, se le suma una ambientación en la Nueva York de finales de los años 30 y a un autor que, mientras escribía, no descuidó su trabajo como director de una firma de inversores de Manhattan ni su ascendencia puritana, lo más probable es que la obra también acabe siendo lo que fue: el debut literario de Amor Towles, un escritor desconocido pero por quien los editores americanos fueron capaces de ofrecer un número de seis cifras. ¿La fórmula del éxito? Una historia que ya fue vista y oída y leída en varias ocasiones: en «Desayuno con diamantes», por ejemplo, o en «El gran Gatsby»; es decir: el lento y peligroso ascenso de una mujer joven como es Katey Kontent, que busca la manera de sobrevivir en una ciudad enorme, Nueva York, y a la que el encuentro con Theodore Tinker Gray (un guapo y aristócrata hombre de Nueva Inglaterra que se guía por las normas de cortesía del padre de la patria) en la Nochevieja de 1937 le cambiará para siempre su vida, pues Katey ingresará en un universo tan de lujo y de glamour como tan repleto de nada y vanidad.
De ahí, quizá, que los veintiséis capítulos que Towles escribió en un año (y que corrigió en tres) se centren, a tono con la moda «vintage», en recrear de la manera más fiel posible aquella época que se supone dorada, donde la Gran Manzana era un sitio propicio para que florecieran los clubes privados, los bares de jazz y para que chicas como Katey Kontent, una mecanógrafa en un bufete de abogados, se encontrara con hombres como Tinker. El resto es historia conocida.
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