Cataluña
Gestionar desde cerca por Josep Maria Rañé
Los ayuntamientos son la administración más próxima a la ciudadanía, no solo en el sentido físico y literal sino también en el afectivo e intangible. Y por ello es la que más ha contribuido a transformar el paisaje y el paisanaje.
Los alcaldes y alcaldesas, los concejales y concejalas de los pueblos y ciudades han sido la «fiel infantería» de la política. Ellos han recibido las quejas y problemas de sus convecinos con las otras administraciones y en muchos casos han dado la cara por ellas.
Los ayuntamientos han sido la administración que, a la vez, ha contenido, canalizado y gestionado muchos de los derechos e intereses de las poblaciones a las que le tocaba servir.
Y todo eso ha sido hecho de forma barata, próxima y eficiente. El relativamente poco déficit de los Ayuntamientos de España se concentra en pocas entidades. Solo los de Madrid y Jerez suponen más de tres cuartas partes del mismo y el resto es el de los – también–- pocos que han recibido dinero para pagar algunas de sus facturas atrasadas.
Con esos datos, no se explica que dentro de las medidas para ahorrar, los Ayuntamientos vean disminuir en un 30 por ciento el número de representantes electos y deban transferir competencias y funciones a unos organismos, como las Diputaciones, que saben ayudar a los que están en la «trinchera», pero no están preparados para atender ciudadanos y gestionar servicios en el territorio. Con ello, perderemos calidad democrática y los servicios serán más burocráticos y caros.
La eficacia económica y social no está reñida con la proximidad, ni la centralización la asegura, por eso centralizar no es la solución, mancomunar esfuerzos y recursos, sí. En consecuencia disolver las mancomunidades, será un grave error.
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