Crisis en el PSOE
El ridículo de Tomás Gómez
La campaña empieza con muchos nervios en las filas socialistas porque sus dirigentes marchan con paso firme a una sonora derrota. Uno de los más significados es Tomás Gómez que ha diseñado una campaña que es un auténtico despropósito. Esta perseverancia en el error es realmente sorprendente. Hace unos días puso un cartel como si fuera «Invictus» aunque le queda mejor «ridículus». Esta obsesión suya por el disfraz es muy sintomática. Los ataques personales contra Esperanza Aguirre llamándola condesa, un título que nunca utiliza, o directamente mintiendo sobre el copago sanitario muestra un mal estilo que refleja a una persona sin calidad. El PSOE tiene un grave problema con Gómez, ya que ha diseñado una campaña basada en un radicalismo tan periclitado como zafio. No hay nada peor que un mediocre corto de luces porque por regla general se considera muy listo. La diferencia con Lissavetzky es abismal. Unas veces se gana y otras se pierde, pero hay que hacerlo con estilo y educación.
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