Javier Folqué: «El G-10 sólo costará un 22 por ciento a las empresas»

MADRID- Sereno. Relajado. Así recibe Javier Folqué a LA RAZÓN en su despacho de All Sports Media. Cuarteles de invierno en los que las figuras confiaron para cincelar un nuevo modelo de gestión de sus derechos de imagen. Tras Valencia y Sevilla, llega el turno del Madrid, capital mundial del toreo.

–¿Cómo se encontraron All Sports Media y el G-10?
–Parte de la Unión de Toreros ante la preocupación por el control de la gestión de sus derechos de imagen. Se crea un proyecto pionero conjunto para esa gestión al entenderse lógico en la actualidad con cambios en los ámbitos audiovisuales y publicitarios por el desarrollo on-line. En el modelo de negocio existente primaba un acuerdo entre empresarios y operadores que todo torero debía admitir para estar en las ferias.

–¿Parece lícito que el que se juega la vida delante de un toro quiera controlar su imagen en lugar del empresario?
-Ahora mismo, las figuras constituyen el 85% del contenido que se oferta. Son los protagonistas en pantalla y la lógica invita a pensar que tengan un peso determinante en el control de lo que generan. La prioridad para subsanar esta anomalía no es el dinero, es un reparto más equitativo y justo. Sobre el total de ferias negociadas (Sevilla y Valencia) la media de lo que se llevarían los toreros del G-10 supone tan sólo un 22% aproximadamente.

–¿Qué criterio se seguirá para repartir la suma entre los diez?
–Se dividirá por audiencia y notoriedad. Al acabar una feria, se mirarán los promedios cada 30 minutos de audiencia y se hará un ranking de notoriedad entre ellos para, combinados ambos, ver el peso que ha tenido cada torero.

–¿Fue tan difícil cerrar Fallas?
–Creo que Casas supo manejar la presión del tiempo en contra, en tres encuentros hubo acuerdo. Luego, se vio reflejado en los carteles. No ha contado, por ejemplo, con Perera, triunfador de Valencia. Da pie a pensar que ha habido unas represalias. También está el caso de El Juli y César Jiménez. Extraña sus ausencias.

–Semanas después, mismas ausencias en Sevilla.
–Se les ha llamado tarde o ni siquiera eso. Y, sin embargo, aquí dimos libertad de contratación en el límite de puestos. Se cedieron los derechos globalmente para que libremente hicieran su cartelería. Quiero dejar muy claro que el derecho audiovisual no debe interferir ni condicionar la contratación artística en ninguna feria. Son independientes.

–¿Se repetirá veto en San Isidro?
–Creo que no, en las próximas semanas se reactivarán las charlas, porque se decidió por ambas partes hacer primero los carteles, sin topes de puestos, y luego hablar de derechos audiovisuales. Ése es el futuro lógico de trabajo que queremos. No obstante, en la última reunión con José Antonio (Martínez Uranga), la idea era contar con ellos y anunciarlos, porque esa línea es la que favorece al público y, por ende, tanto al empresario como a la televisión para vender sus abonos. En este sentido, ambas partes estamos siendo flexibles para que la feria sea con las cámaras como testigo.